¿Enjambre de insectos en alta mar?

Cruzeiro do Sul

Una multitud de inesperados visitantes a un barco de la marina arroja luz sobre la migración de los insectos

Era una noche sin luna en mayo de 2016 y el Cruzeiro do Sul, un barco de la Armada brasileña, navegaba por el Océano Atlántico Sur. Trasladaba científicos a Brasil continental desde una estación de investigación en Ilha da Trindade, y recolectaban datos oceanográficos de más de un monte submarino a medida que pasaban. Cuando los operadores se prepararon para poner algunos equipos científicos sobre el costado del barco, encendieron sus luces de cubierta de 10.000 vatios para iluminar el espacio de trabajo.

Fue entonces cuando descendió el enjambre.

"Fue algo sorprendente", dice Ruy Alves, un botánico del Museo Nacional de Brasil que estaba a bordo del barco. Las hileras de insectos volando hacia las luces parecían, dice, "estrellas fugaces".

"La mayoría de ellos golpearon el costado del casco y cayeron al océano", recuerda Alves. Pero algunos de los conmocionados insectos cayeron sobre la cubierta. Alves y otros científicos se apresuraron a recogerlos usando sobres y hojas de papel arrancadas de su cuaderno. Se las arreglaron para recoger 17.

El pensamiento rápido del equipo resultó en un artículo que documenta esta muestra sorpresa de un grupo demográfico muy poco comprendido: los insectos que migran a lo largo de cientos de kilómetros de océano abierto.

Aunque la mayoría de los insectos migran, es escaso el conocimiento científico de estos viajes y las migraciones sobre los océanos son especialmente misteriosas. Hasta los últimos 10 años, los científicos asumieron que los insectos eran demasiado pequeños para volar muy lejos o contra el viento, y ciertamente no sobre los océanos. Pero han surgido lentamente nuevos datos sobre la migración de insectos, mostrando que tienen más resistencia de la que los científicos les dieron crédito.

Inmediatamente después de regresar a Brasil, Alves se puso en contacto con Angelo Pinto, un entomólogo de la Universidad Federal de Paraná en Brasil, para ayudar a identificar los 17 insectos. Incluían un insecto apestoso, tres especies diferentes de polillas y una gran libélula. Anteriormente solo se sabía que volaban sobre grandes extensiones de agua la chinche hedionda (Halyomorpha halys) y la libélula.

En el momento de la recolección de insectos de Alves, el Cruzeiro do Sul estaba a 764 kilómetros de Trindade y 389 kilómetros de la parte continental de Brasil. Algunas de las polillas podrían haber viajado desde Trindade, informan los autores, pero los otros insectos eran nativos solo de la parte continental de Brasil y probablemente vinieron de allí, tal vez arrastrados al mar mientras migraban a lo largo de la costa. Sigue siendo un misterio por qué tomaron una ruta tan lejos sobre el agua.

monte submarino Montague e isla Trindade

"No es un experimento controlado", dice Pinto. "Pero [estos insectos] abren una ventana muy pequeña para investigar el comportamiento migratorio de los insectos".

Myles Menz, un entomólogo en Alemania que estudia la migración de insectos, dice que los insectos, como otros animales, se ven obligados a migrar por el clima, la disponibilidad de alimentos y otros factores. A veces eso los obliga a cruzar obstáculos como montañas u océanos. "Es mucho más arriesgado moverse sobre el agua que sobre la tierra, pero algunos insectos realmente no tienen otra opción", dice. Las libélulas, dice, son conocidos transatlánticos: la libélula rayadora naranja (Pantala flavescens), por ejemplo, migra de India a África Oriental, saltando a través del Océano Índico con una escala en las Maldivas. Sus migraciones llegan a los 14.000 a 18.000 kilómetros de distancia, a menudo a altitudes de 1.000 m. Debido a tales migraciones, las poblaciones separadas por largas distancias tienen genotipos relativamente similares, en vez de ser poblaciones independientes.

insectos recolectados en mar abierto

Mientras que muchos insectos usan la luz solar para indicar la dirección, algunos vuelan de noche. "Muchos migrantes son insectos nocturnos", dice Menz. Estos insectos pueden orientarse a la luz de la luna o la luz de las estrellas, o utilizar el magnetismo. Otros usan los vientos para ayudar a llevarlos. La polilla Y plateada (Autographa gamma), por ejemplo, migra entre las Islas Británicas y el norte de África en vientos predominantes estacionales.

Menz dice que la escasez de datos sobre insectos migratorios se debe a desafíos logísticos. "Los insectos son generalmente bastante difíciles de seguir porque son muy pequeños", dice. Pero puede hacerse. Investigadores en China usaron una trampa reflectora para recolectar libélulas que migran por la noche a través del mar de Bohai. El radar puede rastrear grandes enjambres. Y Menz está rastreando polillas usando pequeños transmisores de radio.

La noticia del Cruzeiro do Sul viene con una nota triste. Después de identificar los insectos, Alves y sus colegas almacenaron los especímenes en el lugar lógico: el Museo Nacional de Brasil en Río de Janeiro. La mayoría de los especímenes se perdieron en el enorme incendio de 2018 que arrasó el edificio. Afortunadamente, Alves había estado estudiando las polillas en su oficina, por lo que estos especímenes se salvaron. Ahora, dice, se convertirán en las primeras polillas nuevas en la nueva colección de mariposas y polillas del museo.

Artículo científico: Open ocean nocturnal insect migration in the Brazilian South Atlantic with comments on flight endurance

Etiquetas: MigraciónInsectoAlta mar

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