El caracol manzana arrasa sin control por los arrozales cortando los brotes más jóvenes de arroz
Cada año, como viene sucediendo durante décadas, se cultivan en el Delta del Ebro hasta 90.000 toneladas de arroz catalán. Nos encontramos ante una gran demanda mundial que está aumentando sin parar, pero en cambio, también están aumentando los problemas que ponen en riesgo la calidad y existencia a corto plazo de los arrozales en Tarragona.
Nos sumergimos en el Río Ebro para comprender de cerca la invasión del conocido caracol manzana (Pomacea canaliculata), del cual se han llegado a retirar hasta más de 25.000 ejemplares en los últimos años, algunos de hasta medio kilo. Son importantes afectaciones las que produce diariamente esta especie en el medio físico y ambiental. No ha sido suficiente con eliminar manualmente ejemplares del rio y con el fin de erradicar el problema, hablamos sobre las medidas y soluciones más exitosas que se plantean actualmente para combatir esta colonización de caracol manzana.
Distintos gestores ambientales explican que el problema es cada vez mayor. El caracol puede adquirir el tamaño de una manzana, de aquí su nombre, y se reproducen con una rapidez abismal depositando más de 1.000 huevos cada semana. Esta especie es originaria de Sud-América y ha sido importada. El caracol se comercializaba como limpiador de peceras, ya que eliminaban algas y otras plagas, mientras que ahora lo conocemos como una especie exótica invasora. El caracol manzana arrasa sin control por los arrozales cortando los brotes más jóvenes de arroz de raíz, y sabemos qué el ejemplar puede acabar con 1 metro al cuadrado en una noche en las plantaciones de arroz.
Los investigadores trabajan junto con agricultores de la zona, intentado conseguir soluciones viables a día de hoy ya que está siendo muy difícil de erradicar. Desde el año 2013 que se convive con este gigante devorador en masa. El objetivo principal es conseguir frenar a la especie, pero se teme que pueda extenderse por todo el territorio si no se toman medidas. Usando los medios necesarios para que no ocurra y pueda llegar a zonas del Mediterráneo, afectando a otras regiones o países como Francia, Italia o las Islas Baleares.
La primera opción fueron los plaguicidas, pero perjudicaban al marisco de esta zona. Posteriormente se usó un producto más seguro para erradicar a los caracoles: el agua salada del mar. Dependiendo de las características de las distintas parcelas que se hallan en el Delta, puede ser mejor aplicar estrategias distintas. En el caso de zonas determinadas, es más eficiente, económico y medio ambientalmente más sostenible el uso de agua salina, inundando la parcela, pero el agua marina también daña el arroz. Con el cambio climático la salinidad del suelo también es mayor y como consecuencia los arrozales son menos productivos.
Los problemas de salificación terrestre no solo afectan al Delta del Ebro, sino que repercuten en todo el Mediterráneo. En Europa, se considera que éste es un problema a nivel global. Por eso, el día de la tierra, evento que nació en 1970, es un ejemplo de apuesta contra el cambio climático. Algunas empresas como Rebook o PokerStars participan en el evento para concienciar al mundo de lo importante que es cuidar el planeta.
Por tanto, es de gran importancia contar con biólogos, que realizan investigaciones en invernaderos experimentales. Estos polinizan distintas variedades Europeas y Asiáticas, para crear finalmente, brotes híbridos que se cultivan en agua salada. Con un seguimiento exhaustivo para verificar su productividad, se ha logrado llegar a la última fase del proyecto llevando ensayos al Delta del Ebro, actualmente con estas nuevas variedades que proporcionan líneas de plantaciones optimas y resistentes a la salinidad del suelo.
Crédito:Santiago Lacarta on Unsplash
Nuevamente, una mala gestión del hombre evidencia esta invasión, que es procedente del hemisferio contrario a nuestra ubicación en el planeta Tierra, y que está alterando el ecosistema llegando a traer nuevos parásitos que pueden producir meningitis y afectan a la fauna y al ser humano. Finalmente, podemos aplaudir que estos caracoles ya están prohibidos.