Están en riesgo el 97% de los peces incluidos en la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias
Las especies migratorias más vulnerables del mundo enfrentan un riesgo cada vez mayor de extinción, advierte un informe histórico de la ONU.
Desde las tórtolas hasta las tortugas verdes, desde la anguila europea hasta el pingüino africano, las especies migratorias son las grandes exploradoras del reino animal.
Desempeñan un papel esencial en la protección de los hábitats de la Tierra mediante la transferencia de nutrientes, la polinización y el mantenimiento de los bosques. Pero décadas de explotación han dejado "especies al borde de la extinción".
Hace más de 40 años, muchas naciones del mundo firmaron un acuerdo para proteger las especies migratorias del mundo, conocido como la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS por sus singlas en inglés).
Ahora se ha llevado a cabo una primera evaluación global analizando el número y la salud de estos animales.
De las 1.189 especies evaluadas, los investigadores encontraron que una de cada cinco está en peligro de extinción. Para algunas especies la situación es mucho peor: están en riesgo el 97% de los peces incluidos en la convención.
Imagen: Resumen de las especies enumeradas en los Apéndices de la CMS por grupo taxonómico y por Apéndice: aves (962 especies*), mamíferos terrestres (94), mamíferos acuáticos (64), peces (58), reptiles (10) y una especie de insecto
"Ha habido una falta de atención a las especies migratorias y si no logramos revertir esta situación, veremos la extinción. Hay especies que ya están al borde", dijo Amy Fraenkel, secretaria ejecutiva de la ONU para la convención.
La abrumadora conclusión del informe es que el declive está impulsado por la actividad humana: caza y matanza excesiva de animales, destrucción del hábitat, cambio climático y expansión de pueblos y ciudades que generan contaminación acústica y lumínica.
El Dr. Rob Cooke, modelador ecológico del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, dijo que el informe muestra: "Las especies migratorias se enfrentan a un cóctel de amenazas porque se mueven a través de diferentes hábitats".
Fraenkel dijo que aunque los países firmaron la convención hace cuatro décadas, "claramente algunos de estos hallazgos muestran que hay matanzas ilegales y una falta de cumplimiento de la ley".
Dijo que se ha trabajado mucho para prevenir el comercio ilegal de animales, pero se ha centrado menos en los animales que se matan por deporte, ocio y alimentación, y que nunca se comercializan.
Se estima que anualmente se matan o capturan ilegalmente entre 11 y 36 millones de aves en la región del Mediterráneo, y se estima que unos pocos millones más se matan o capturan ilegalmente en la Península Arábiga, Irán e Irak.
Imagen: El alcaudón dorsirrojo es cortado de una red de niebla ilegal de cazadores furtivos en Chipre, donde mueren más de medio millón de aves al año.
Kelly Malsch, autora principal del informe y directora del Programa de Especies del PNUMA-WCMC, dijo que también es la naturaleza misma de la migración la que hace que sea difícil proteger a estos animales. Algunas, como la mariposa monarca, viajarán miles de kilómetros a través de las fronteras de una docena de países.
"Ya sean aves, animales terrestres o aquellos que nadan en nuestros océanos, interactúan con diferentes regulaciones nacionales, lo que resalta la necesidad de enfoques consistentes", dijo.
El informe recomienda que:
• Los países identifiquen sitios en las rutas migratorias de los animales en mayor riesgo y establecen áreas clave de biodiversidad
• Reducir la infraestructura que afecta las vías migratorias, como las represas.
• Crear corredores de tierra protegida
• Garantizar que se restablezca el 30% de las áreas terrestres y marinas degradadas.
Al mapear los corredores migratorios, se espera poder proteger a los animales de las actividades humanas. Una de las mayores amenazas que enfrentan los tiburones y las rayas es la pesca accidental como captura incidental. Las imágenes satelitales han revelado anteriormente que existe una gran superposición entre las áreas utilizadas por los tiburones migratorios y las frecuentadas por las flotas pesqueras mundiales.
Imagen: Tiburón azul
Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, dijo que sigue siendo optimista. "Hay esperanza", añadió.
Algunas especies han visto aumentar sus poblaciones gracias a los esfuerzos de conservación. La población de ballenas jorobadas del Atlántico Sur ascendía a sólo 450 a mediados de la década de 1950, después de haber sido cazadas extensivamente. Tras la introducción de protecciones, se estima que ahora hay más de 25.000.
El Dr. Cooke acogió con satisfacción el informe, pero dijo que todavía había miles de especies migratorias, en particular insectos, que no se habían evaluado actualmente. Sólo un insecto figura en la lista de la CMS.
"Ésta es un área clara en la que hay que mejorar", afirmó.
Las poblaciones de insectos son difíciles de medir: su pequeña estructura les impide llevar rastreadores y algunos, como las libélulas, no pueden verse fácilmente porque no pululan como los pájaros.
Leer el informe "Estado de las especies migratorias en el mundo" en español [PDF]