Preservar la megafauna que nos queda va a ser difícil y complicado
Ya sabemos que algunos de los animales más grandes de la tierra se enfrentan a una serie de amenazas, desde el cambio climático y la contaminación hasta la pérdida de hábitat, pero según un nuevo estudio, nuestra demanda de carne es ahora una de las mayores amenazas para su supervivencia.
Para el estudio, que se acaba de publicar en la revista Conservation Letters, un equipo internacional de investigadores observó a 292 especies que se consideran megafauna y utilizaron el peso como umbral. Para los mamíferos, peces con aletas radiadas y peces cartilaginosos fue de 100 kilos, y para los anfibios, aves y reptiles fue de 40 kilos.
Luego utilizaron la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN para evaluar el riesgo de extinción que enfrentan estas especies, y los hallazgos no son buenos. De acuerdo con su trabajo, al menos el 70 por ciento de estas especies están disminuyendo, mientras que el 59 por ciento se enfrenta ahora a la extinción, mientras que la mayor amenaza para muchas de ellas es el consumo humano.
Algunas de ellas se encuentran entre las especies más emblemáticas y queridas del mundo, como elefantes, rinocerontes y tortugas marinas, mientras que otras pueden no estar recibiendo la atención que merecen, como la salamandra gigante china, los tiburones ballena, los dugongos y el avestruz somalí.
"La amenaza más común fue la cosecha, que es otra palabra para matarlos directamente a través de la pesca, la caza o la captura", dice el coautor del estudio, William Ripple, profesor distinguido de ecología en la Facultad de Montes de la Universidad Estatal de Oregón. "La cosecha directa para el consumo humano de carne o partes del cuerpo es el mayor peligro para casi todas las grandes especies".
Nuestra creciente capacidad para cazar grandes animales a distancia ha desempeñado un importante papel en la pérdida de grandes especies, quienes están siendo matadas legal e ilegalmente y han aumentado el número de muertes, pero muchas especies también están sufriendo como resultado de ser muertas involuntariamente en nasas y trampas en tierra, o por redes de enmalle, redes de arrastre y palangres en el océano.
Su desaparición no solo es inherentemente desalentadora, sino que también tendrá un impacto que afectará en cascada a través de los ecosistemas que ayudan a mantener saludables. Los autores del estudio esperan ver una acción global para proteger la megafauna al reducir la demanda de carne y partes de grandes especies, limitar el comercio y proteger el hábitat crítico, además de crear y promover campañas educativas sobre la importancia de estas especies en peligro.
Señalan el éxito de la Comisión Ballenera Internacional, que adoptó una moratoria sobre la caza comercial de ballenas que casi todos los países aún respetan, como ejemplo de cómo puede la cooperación internacional ayudar a las especies a sobrevivir y recuperarse.
"Preservar la megafauna que nos queda va a ser difícil y complicado", dijo Ripple. “Habrá argumentos económicos en contra, así como obstáculos culturales y sociales. Pero si no consideramos, criticamos y ajustamos nuestros comportamientos, nuestras mejoras en las capacidades como cazadores pueden llevarnos a consumir gran parte de la última megafauna de la Tierra".
Artículo científico: Are we eating the world's megafauna to extinction?