Las heces de almeja pueden estar transportando zooxantelas fotosintéticas por todos los arrecifes
Las zooxantelas, las algas simbióticas que albergan los corales y otros invertebrados que viven en los arrecifes a cambio de azúcares y otros subproductos de la fotosíntesis, son fundamentales para la salud de los ecosistemas de arrecifes.
Pero se sabe poco acerca de cómo la mayoría de estos simbiontes son adquiridos por los animales y circulan alrededor del arrecife. Ahora, una nueva investigación revela un elemento clave para la dispersión nutricional: la caca de almeja gigante.
El estudio, dirigido por Kazuhiko Koike, ecólogo marino de la Universidad Hiroshima de Japón, investigó posibles fuentes externas de zooxantelas, ya que investigaciones anteriores mostraron que la mayoría de los animales que albergan zooxantelas no las heredaron de sus padres. Las almejas gigantes eran candidatos obvios ya que, como los corales, también reciben una gran proporción de su energía de las algas fotosintéticas.
La almeja aloja las algas en tubos que van desde su estómago a través de su manto, la pared carnosa del cuerpo entre las mitades de su gran caparazón. Allí, expuestas a la luz solar, prosperan las algas.
Cuando uno de los estudiantes de Koike estaba limpiando en el laboratorio un tanque de almejas, colocaron los gránulos fecales de una almeja bajo un microscopio óptico y notaron que parecían estar llenos de oscuras y ovales zooxantelas. Bajo un microscopio fluorescente, que detecta la actividad fotosintética, los científicos confirmaron que los gránulos contenían zooxantelas. Muchas de ellas. Pero la observación llegó con sorpresa.
A diferencia de las zooxantelas digeridas que el equipo de Koike había observado previamente en las heces excretadas de los corales, estas algas estaban vivas. Esto hizo pensar a los investigadores: ¿qué pasaría si la caca de almeja, con sus algas vivas, fuera la fuente de zooxantelas para otros anfitriones?
Para ver si las algas podían saltar de la caca a nuevas almejas, los investigadores recolectaron almejas adultas de los arrecifes en Okinawa, Japón, las llevaron al laboratorio y colocaron su caca en vasos de precipitados que contenían pequeñas larvas de almejas que aún no albergan zooxantelas pues se habían criado en cautiverio.
Cuando las heces se descompusieron y las zooxantelas escaparon al agua, muchas larvas se las comieron. Alrededor de un tercio de las crías de almejas movieron las zooxantelas hacia sus estómagos, con un subconjunto de las que movieron las algas a sus mantos, estableciendo simbiosis. Los resultados revelan que la caca de almeja gigante, al hacer circular las algas en el arrecife, puede transmitir zooxantelas entre los individuos.
Koike cree que es muy probable que las zooxantelas que pasen en la caca de almeja no solo sean transmisibles entre diferentes especies de almejas sino también a los corales.
Imagen: La almeja gigante Tridacna crocea (a) y sus gránulos fecales (b) Crédito: Kazuhiko Koike/Universidad de Hiroshima
"Si los corales también adquieren zooxantelas de almejas gigantes, las almejas gigantes son muy necesarias en los ecosistemas de coral", dice Koike. “En muchos casos de rehabilitación de arrecifes de coral, las personas solo piensan en los corales. Pero también deben considerar otros componentes del ecosistema".
Mei Lin Neo, ecóloga marina de la Universidad Nacional de Singapur que no participa en este estudio, está de acuerdo y dice que se agrega a "la serie de roles ecológicos conocidos de las almejas gigantes y contribuye a justificar su conservación".
Para Miguel Mies, un ecologista de arrecifes de coral de la Universidad de São Paulo en Brasil, que tampoco participó en este estudio, los hallazgos de la caca de almeja tendrán implicaciones sobre cómo entendemos el ciclo de las zooxantelas, un proceso que es crítico para la resiliencia de los arrecifes.
"Esta [investigación] podría ayudar un poco a comprender la conservación de los arrecifes de coral porque la salud de los arrecifes de coral está tan conectada con la diversidad de simbiontes y la presencia de simbiontes que cuanto más se aprenda sobre los simbiontes y cómo funcionan, más poder de predicción tendremos sobre cómo los ecosistemas de arrecifes de coral responderán a las perturbaciones y al cambio climático", dice Mies.
Con respecto al cambio climático, Koike cree que las almejas gigantes pueden excretar más algas tolerantes al calor en condiciones de alta temperatura. Una rica población de almejas gigantes puede proporcionar zooxantelas resistentes y ambientalmente adecuadas a los corales circundantes.
Mies enfatiza que el destino de los arrecifes de coral depende de la vida de las zooxantelas, ya que los corales y las almejas gigantes no pueden vivir por mucho tiempo sin ellas.
"El simbionte es el principal protagonista de los arrecifes de coral", dice Mies. "Sin zooxantelas, no hay arrecifes de coral".
Artículo científico: Study on expelled but viable zooxanthellae from giant clams, with an emphasis on their potential as subsequent symbiont sources