Miles de fotografías tomadas por una empresa minera pueden revelar nuevas especies en el fondo del océano
En las profundidades del Océano Pacífico, cerca de la pequeña nación insular de la República de Kiribati, una caja de artilugios se deslizó por la oscuridad. Aproximadamente a 5.000 metros debajo de la superficie, el dispositivo, llamado Neptuno, iluminó el fondo marino. Como una nave espacial que realiza su primera inspección de un mundo alienígena, tomaba fotografías a medida que avanzaba, cada 30 segundos durante horas.
Nautilus Minerals, una compañía minera de fondos marinos, no sabe si la expedición de Neptuno a través de casi 15 kilómetros cuadrados de remotos fondos marinos reveló la abundancia de los deseables metales que buscaba. Pero las 4.000 fotografías, probablemente las primeras tomadas en la región, descubrieron algo más: una variedad de colorida vida marina que incluye un gran pulpo gris con orejas parecidas a Dumbo, pálidas anémonas blancas, gambas naranjas brillantes y pepinos de mar con un apropiado tono de pepinillo.
Desde la Expedición Challenger de Gran Bretaña a fines del siglo XIX, cuando los científicos se esforzaron por comprender más sobre los océanos, nunca se había muestreado esta área del Pacífico a profundidades superiores a los 3.000 metros. Entonces, cuando Daniel Jones, un ecologista de aguas profundas en el Centro Nacional de Oceanografía en Inglaterra, se enteró de las fotografías, inmediatamente se dio cuenta de su potencial. Nautilus entregó su conjunto de datos y, con él, una tentadora visión de una parte increíblemente remota del océano.
"Fue increíble tener la oportunidad de verlo por primera vez", dice Jones.
En las fotos, Jones y su equipo identificaron 118 tipos diferentes de animales multicelulares. Los científicos tendrían que examinar físicamente a las criaturas para determinar si son especies nuevas, pero Jones dice que dada la diversidad, es casi seguro que algunas lo sean.
Las criaturas marinas en general parecían estar solas, dice Jones, captadas por la cámara como individuos o en grupos muy pequeños, patrullando en silencio su oscuro y profundo mundo. "Casi todo está representado por un puñado de individuos", dice. "Eso es lo realmente inusual".
Adrian Glover, especialista en aguas profundas en el Museo de Historia Natural de Londres, Inglaterra, quien recientemente confirmó el descubrimiento de nuevos gusanos de aguas profundas en otras partes del Pacífico, dice que los hallazgos de Jones y su equipo son la base cero para comprender el valor biológico de la zona.
Un valor que, temen algunos ambientalistas, está bajo amenaza.
Además de Nautilus Minerals, otras compañías mineras de los fondos marinos, como Global Sea Mineral Resources, se están preparando para excavar enormes franjas del fondo marino cerca de Kiribati y otros lugares. El fondo marino puede contener riquezas por valor de billones de dólares y muchos, incluido el gobierno de Kiribati, están cautelosamente interesados [PDF] en participar en su explotación. Pero extraer minerales del fondo marino es un desafío y las ganancias están lejos de estar garantizadas. Nautilus Minerals, por ejemplo, se ha enfrentado a problemas financieros y actualmente se está reestructurando.
Cuando se le preguntó cómo se sentiría si la minería industrial llegara al área, Jones se niega a comentar. Pero dice que es crucial determinar la extensión de la biodiversidad en las profundidades del mar para cualquiera que esté considerando la excavación industrial.
Glover está de acuerdo. Él dice que este tipo de colaboración es un ejemplo del prometedor diálogo que ya existe entre las empresas mineras y los científicos. Él dice que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), la rama de las Naciones Unidas encargada de regular la naciente industria minera de los fondos marinos, está ayudando a facilitar colaboraciones similares entre empresas comerciales y científicos. Son estas asociaciones, agrega, las que abren la puerta para que los científicos estudien la vida del fondo marino en áreas seleccionadas por las compañías mineras. "Existe la expectativa de que los contratistas intenten trabajar con los científicos", dice Glover.
Aunque las compañías mineras pueden explorar sitios potenciales, la ISA aún no ha permitido la explotación real. La organización enfrenta una considerable presión por parte de los científicos marinos, ya que decide cómo y dónde se permitirá la extracción. Los científicos tendrán que esperar hasta 2020, cuando la ISA publique sus directrices para la industria, para ver si el marco protege adecuadamente la biodiversidad.
Para los ecologistas, se siente como si hubiera una carrera para descubrir qué vive en los oscuros confines de las famosas y poco exploradas aguas profundas. Porque si no lo hacen, los gobiernos y los organismos reguladores ni siquiera sabrán qué hay que proteger.
