La madera flotante viaja miles de kilómetros desde Siberia hasta Islandia
Pero el cambio climático puede acabar con la centenaria cinta transportadora oceánica
Cuando los vikingos llegaron por primera vez y colonizaron Islandia en el siglo IX, gran parte de la madera que usaban para construir sus casas y barcos no procedía de los árboles que crecían en la isla. Las tierras en el extremo norte carecen de árboles adecuados para las actividades de los asentamientos humanos, ya que los árboles son demasiado pequeños y escasos para usarlos en la construcción.
En cambio, los primeros pobladores de Islandia usaron madera que, como ellos, flotaba a través del océano.
Un reciente estudio ha informado que gran parte de la madera a la deriva de Islandia se origina en el Océano Ártico, a partir de árboles talados en la región central de Siberia en Rusia que hacen un viaje de varios años de miles de kilómetros, que solo es posible gracias al hielo marino. La madera a la deriva del Ártico fue esencial para el asentamiento y la expansión de los nórdicos y una parte vital de la historia de Islandia.
"Es una cuestión cultural", dice Ólafur Eggertsson, científico investigador del Servicio Forestal de Islandia y coautor del estudio. "Si no hubiera sido por la madera a la deriva, la gente simplemente no habría sobrevivido en Islandia".
Sin embargo, el tiempo de la madera a la deriva islandesa pronto podría estar llegando a su fin. La nueva investigación mostró una abrupta disminución en la madera flotante desde la década de 1980 y predice, en base a simulaciones de pérdida de hielo marino, que para 2060 la madera flotante ya no llegará a Islandia, otra víctima más del cambio climático y el calentamiento de los océanos.
"El mensaje final del documento es esperado y tiene el valor de proporcionar una señal muy clara de lo que significa el derretimiento del hielo marino para que este material sea transportado en el Ártico", dice Marc Macias-Fauria, ecólogo de la Universidad de Oxford en Inglaterra que se enfoca en ambientes fríos y no participó en el estudio.
Caminando a lo largo de la remota y casi deshabitada costa noreste de Islandia, los investigadores utilizaron una motosierra para recolectar 289 muestras de madera a la deriva del Ártico, un esfuerzo que comenzó durante los estudios de doctorado de Eggertsson. Hicieron su primera caminata en 1989 y regresaron 30 años después en 2019.
Imagen derecha: Ólafur Eggertsson, investigador del Servicio Forestal de Islandia, examina la madera a la deriva varada en Reykjanes, Islandia. Foto de Richard Sima
Bajo un microscopio, el equipo internacional de investigadores identificó las especies de árboles de las que provenían las muestras de madera flotante: pino silvestre, alerce y abeto. Al analizar los anillos de los árboles de las muestras, también pudieron determinar su procedencia comparándolos con los registros de anillos de árboles de Eurasia, y en última instancia, emparejaron el 73 por ciento de las muestras con árboles de Siberia.
También pudieron determinar que el 83 por ciento de las muestras de madera a la deriva provenían de árboles talados por corte, mientras que el 17 por ciento restante todavía tenía partes de sus raíces intactas, lo que indica que cayeron naturalmente antes de ser transportadas por el río hacia el Océano Ártico.
Al flotar en aguas abiertas, la madera finalmente se empapa y se hunde en aproximadamente 10 meses, según investigaciones anteriores. Pero el Océano Ártico pasa por ciclos de congelación y descongelación, con la formación de hielo alrededor de la madera caída, lo que le permite flotar en el hielo sin absorber agua.
La madera finalmente se libera cuando el hielo se derrite nuevamente y puede ser arrastrada a una orilla (bastante) cercana como madera a la deriva.
"El hielo marino es una cinta transportadora que básicamente permite que el Ártico esté bastante conectado, aunque básicamente es un océano", dice Macias-Fauria.
Pero esta cinta transportadora puede romperse pronto y ya parece estar desacelerándose.
Imagen: El hielo marino del Ártico se está derritiendo, lo que impide el transporte de madera flotante de Siberia a Islandia.
Ha habido una abrupta disminución en la cantidad de madera a la deriva que llega a Islandia desde el otro lado del Océano Ártico. En las muestras, el 80 por ciento tenía anillos de árboles que datan de entre 1922 y 1976, mientras que 14 árboles dejaron de crecer en la década de 1980. Solo tres muestras datan de después.
Es probable que la culpa sea de la contracción del hielo marino en el Océano Ártico, impulsada por el cambio climático antropogénico. Con menos hielo, es más probable que la madera a la deriva se hunda antes de que pueda llegar a la orilla.
Es probable que la pérdida de hielo marino continúe dado el calentamiento previsto que aún no se ha producido, lo que provocará un colapso del suministro de madera a la deriva primero en Islandia y luego en otras regiones del norte pobres en madera, como Groenlandia y Svalbard. Las simulaciones basadas en modelos climáticos globales indican que para 2060, no más madera a la deriva completará con éxito el viaje a Islandia.
Aunque la madera a la deriva ya no es una fuente de madera tan importante, los islandeses todavía la usan para edificios y esculturas, y como fuente de ingresos, dice Eggertsson. También la usan para restaurar iglesias antiguas hechas originalmente con madera a la deriva.
Perder madera a la deriva significaría perder bajo las olas una parte importante de la historia y la cultura islandesas.
El estudio se ha publicado en Global and Planetary Change: Predicted sea-ice loss will terminate Iceland's driftwood supply by 2060 CE
