Se está reduciendo rápidamente la ventana de tiempo para evitar un peligroso cambio climático
En las últimas semanas, se han roto en todo el mundo los récords climáticos. El 4 de julio fue el día promedio global más caluroso registrado, rompiendo el nuevo récord establecido el día anterior. Las temperaturas promedio de la superficie del mar han sido las más altas jamás registradas y la extensión del hielo marino antártico la más baja registrada.
También el 4 de julio, la Organización Meteorológica Mundial declaró que había comenzado El Niño, "preparando el escenario para un probable aumento de las temperaturas globales y patrones climáticos y meteorológicos disruptivos".
Entonces, ¿Qué está pasando con el clima y por qué estamos viendo todos estos récords cayendo a la vez?
En el contexto del calentamiento global, las condiciones de El Niño tienen un efecto aditivo, impulsando las temperaturas a niveles récord. Esto se ha combinado con una reducción de los aerosoles, que son pequeñas partículas que pueden desviar la radiación solar entrante. Por lo tanto, es muy probable que estos dos factores sean los culpables del calor récord, en la atmósfera y en los océanos.
Imagen: En el contexto del calentamiento global, El Niño ha estado impulsando las temperaturas a niveles récord. En la foto: la gente salta a una piscina para refrescarse en Sana'a, Yemen, el 5 de julio.
No es solo el cambio climático
El calentamiento extremo que estamos presenciando se debe en gran parte a El Niño que está ocurriendo ahora, que se suma a la tendencia de calentamiento causada por la emisión de gases de efecto invernadero por parte de los humanos.
El Niño se declara cuando se calienta significativamente la temperatura de la superficie del mar en gran parte del Océano Pacífico tropical. Estas temperaturas más cálidas que el promedio en la superficie del océano contribuyen a temperaturas superiores al promedio sobre la tierra.
El último El Niño fuerte fue en 2016, pero desde entonces hemos emitido a la atmósfera 240 mil millones de toneladas de CO₂.
El Niño no genera calor adicional sino que redistribuye el calor existente del océano a la atmósfera.
Imagen: Moderando la tendencia en la temperatura global promedio de la superficie a lo largo del tiempo (1985–2022), La Niña (azul) tiene una influencia refrescante, mientras que El Niño tiene una influencia cálida (rojo). Las erupciones volcánicas (triángulos naranjas) también pueden tener un efecto refrescante. Crédito: Dana Nuccitelli, usando datos de Berkeley Earth
El océano es enorme. El agua cubre el 70% del planeta y es capaz de almacenar grandes cantidades de calor debido a su alta capacidad calorífica específica. Esta es la razón por la cual una bolsa de agua caliente se mantiene caliente por más tiempo que una bolsa de palomitas. Y por qué el océano ha absorbido el 90% del exceso de calor del calentamiento global.
Las corrientes oceánicas hacen circular el calor entre la superficie de la Tierra, donde vivimos, y las profundidades del océano. Durante El Niño, se debilitan los vientos alisios sobre el Océano Pacífico y se reduce la surgencia de agua fría a lo largo de la costa del Pacífico de América del Sur. Esto conduce al calentamiento de las capas superiores del océano.
A lo largo de junio de 2023 se registraron temperaturas oceánicas más altas de lo habitual a lo largo del ecuador en los primeros 400 m del Océano Pacífico. Dado que el agua fría es más densa que el agua tibia, esta capa de agua tibia evita que penetren en la superficie las aguas oceánicas más frías. Las aguas cálidas del océano sobre el Pacífico también provocan un aumento de las tormentas eléctricas, que liberan más calor a la atmósfera a través de un proceso llamado calentamiento latente.
Esto significa que la acumulación de calor del calentamiento global que se había estado escondiendo en el océano durante los últimos años de La Niña ahora está saliendo a la superficie y rompiendo récords a su paso.
Imagen: Desde la superficie hasta los 400 metros de profundidad, el Océano Pacífico a lo largo del ecuador se está calentando. Crédito: Bureau of Meteorology
Ausencia de aerosoles al otro lado del Atlántico
Otro factor que probablemente contribuye al inusual calor es la reducción de los aerosoles.
Los aerosoles son pequeñas partículas que pueden desviar la radiación solar entrante. El bombeo de aerosoles a la estratosfera es uno de los posibles métodos de geoingeniería que la humanidad podría invocar para disminuir los impactos del calentamiento global. Aunque frenar las emisiones de gases de efecto invernadero sería mucho mejor.
Pero la ausencia de aerosoles también puede subir las temperaturas. Un estudio de 2008 concluyó que el 35% de los cambios de temperatura de la superficie del mar de un año a otro sobre el Océano Atlántico en el verano del hemisferio norte podrían explicarse por cambios en el polvo del Sahara.
Los niveles de polvo del Sahara sobre el Océano Atlántico han sido inusualmente bajos últimamente.
Agree with @MichaelEMann -- the dearth of Saharan dust over the tropical North Atlantic is helping drive the ongoing ocean heatwave. Dust concentration running low much of 2023, but at record lows (since 2003) for early June. Wrote about this last Monday: https://t.co/4sM2YTJV4m https://t.co/6cEMBrxdvp pic.twitter.com/O7d4lgolRN
— Michael Lowry (@MichaelRLowry) June 11, 2023
En una nota similar, en 2020 se introdujeron nuevas regulaciones internacionales de partículas de azufre en los combustibles de transporte marítimo, lo que llevó a una reducción global de las emisiones de dióxido de azufre (y aerosoles) sobre el océano. Pero los beneficios a largo plazo de reducir las emisiones del transporte marítimo superan con creces el efecto de calentamiento relativamente pequeño.
Esta combinación de factores es la razón por la cual están cayendo los récords de temperatura superficial promedio global.
¿Estamos en el punto de no retorno?
En mayo de este año, la Organización Meteorológica Mundial declaró un 66% de posibilidades de que en los próximos cinco años las temperaturas medias globales superen temporalmente los 1,5℃ por encima de los niveles preindustriales.
Esta predicción reflejó el desarrollo de El Niño. Esa probabilidad es probablemente mayor ahora, ya que se ha desarrollado El Niño.
Vale la pena señalar que superar temporalmente los 1,5℃ no significa que hayamos alcanzado los 1,5℃ según los estándares del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Este último describe una anomalía de temperatura global promedio sostenida de 1,5℃, en lugar de un solo año, y es probable que ocurra en la década de 2030.
Esta superación temporal de 1,5℃ nos dará un desafortunado anticipo de cómo será nuestro planeta en las próximas décadas. Aunque, las generaciones más jóvenes pueden encontrarse soñando con unos cálidos 1,5℃, dadas las actuales políticas de emisiones de gases de efecto invernadero que nos ponen en camino para un calentamiento de 2,7℃ para finales de siglo.
Así que no estamos en el punto de no retorno. Pero se está reduciendo rápidamente la ventana de tiempo para evitar un peligroso cambio climático, y la única forma de evitarlo es eliminando nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
