El Mediterráneo alberga cinco especies de praderas marinas nativas
El aumento de la temperatura y la salinidad del mar en el Mediterráneo y la migración de especies invasoras podrían poner en peligro la estructura y la biodiversidad de sus praderas marinas, que desempeñan un papel esencial en el medio marino.
Ésta es la conclusión a la que llegó un equipo internacional de investigadores dirigido por el Centro Leibniz de Investigación Marina Tropical (ZMT) en un estudio publicado recientemente.
El calentamiento global está provocando cada vez cambios más preocupantes en los ecosistemas de los océanos. Ni siquiera el Mediterráneo se salva. Allí, las praderas marinas se consideran "ingenieros de ecosistemas" extremadamente importantes: Crean hábitats, proporcionan nichos ecológicos para un gran número de especies de animales marinos y, por tanto, contribuyen a la salud general y la biodiversidad de los ecosistemas costeros. También tienen una importante función como sumidero de CO2.
El equipo internacional de investigadores dirigido por el Centro Leibniz de Investigaciones Marinas Tropicales (ZMT) en Bremen ha investigado cómo el aumento continuo de la temperatura y la salinidad de la superficie del mar, así como los eventos inusualmente cálidos del verano, afectarán a las praderas marinas del Mediterráneo.
Se centraron en un hecho en particular: una especie invasora de hierba marina, Halophila stipulacea, que ha migrado desde el Mar Rojo, se está extendiendo en las praderas submarinas.
Junto con las especies invasoras, el Mediterráneo alberga cinco especies de praderas marinas, cada una de las cuales tiene diferentes características ecológicas y tolerancias ambientales. La invasora Halophila es originaria del Mar Rojo, el Golfo Pérsico y el Océano Índico. Emigró a través del Canal de Suez hacia el Mediterráneo.
"La inmigración de especies tropicales exóticas a través del Canal de Suez ha contribuido a que el Mediterráneo sea considerado un punto crítico de bioinvasiones marinas", afirma Pedro Beca-Carretero, biólogo del ZMT y primer autor del estudio.
Imagen: Mapa de la distribución actual de Posidonia oceanica, Cymodocea nodosa y Halophila stipulacea en la cuenca mediterránea, y las regiones seleccionadas (rectángulo negro) para implementar los modelos incluyendo el este (E), centro este (CE), centro oeste (CW) y región oeste (O).
En su proyecto, los investigadores utilizaron un método de modelización adecuado para simular procesos espaciales biológicos y ecológicos complejos. Desarrollaron diferentes escenarios climáticos en los que sólo las especies nativas del Mediterráneo, o las nativas junto con las especies invasoras, pudieron desarrollarse sin perturbaciones o expuestas a la influencia humana.
Los resultados indican que los efectos del cambio climático, en particular el aumento de la temperatura y la salinidad del mar, así como la inmigración de especies invasoras, podrían provocar un cambio significativo en la comunidad de praderas marinas mediterráneas.
Impacto en la biodiversidad del Mediterráneo
"Esperamos un cambio de especies grandes y longevas, como la Posidonia oceanica nativa, a especies pequeñas y de rápido crecimiento como Cymodocea nodosa y la invasora Halophila", explica Beca-Carretero. "La posidonia sigue siendo la especie de hierba marina más común e icónica en el Mediterráneo (forma extensas praderas submarinas a lo largo de la costa, especialmente en áreas con condiciones marinas poco profundas y protegidas), pero tiene poca capacidad de dispersión, crece lentamente y es muy susceptible al estrés".
"Halophila, por otro lado, está adaptada a las condiciones del Mar Rojo, que tiene una alta salinidad y es uno de los mares más cálidos del mundo debido a su naturaleza cerrada y su distribución en regiones tropicales y subtropicales".
Los cambios podrían tener un impacto en la estructura y función del hábitat de todas aquellas especies animales que dependen de las praderas marinas y, por tanto, en la biodiversidad del Mediterráneo.
Las praderas de hierbas marinas albergan una gran variedad de criaturas, como diferentes especies de peces, cangrejos, camarones, moluscos y otros organismos. Estas praderas son de crucial importancia para el ciclo de vida de muchas especies, ya que proporcionan refugio, alimento y lugar de reproducción, así como viveros.
"Es muy posible que esto afecte a la salud y la resiliencia de todo el entorno costero del Mediterráneo", afirma Pedro Beca-Carretero. "Esto también afecta a personas como pescadores, restauradores y otras personas que dependen de este hábitat costero".
El investigador tiene previsto utilizar los modelos desarrollados para el estudio en otras regiones marinas y ecosistemas marinos para evaluar las consecuencias de los cambios ambientales globales.
El estudio se ha publicado en la revista Science of the Total Environment: Climate change and the presence of invasive species will threaten the persistence of the Mediterranean seagrass community