Las dietas de los depredadores oceánicos podría ayudar a comprender cómo está afectando el cambio climático a los peces
Una colaboración científica transfronteriza ha generado una base de datos global que ayudará a los investigadores a comprender cómo está afectando el cambio climático a los depredadores oceánicos como el atún blanco, que también es una importante fuente de alimento para personas de todo el mundo.
"El cambio climático está cambiando los lugares donde pueden vivir las especies, y el ritmo del cambio es más intenso en el océano", dice Stephanie Green, profesora asociada del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Alberta y catedrática de investigación de Canadá en Ecología y Conservación del Cambio Global Acuático.
"Nuestras grandes preguntas son ¿A dónde irán las especies marinas y qué significará para las comunidades que dependen de las pesquerías que sustentan?"
Para abordar estas cuestiones, investigadores de la Universidad de Alberta están colaborando con colegas de Estados Unidos para descubrir cómo responderán los principales depredadores a los extremos climáticos y al cambio de presas en las próximas décadas.
El viento y las corrientes del Océano Pacífico hacen de la costa occidental de Canadá y Estados Unidos una atractiva zona de alimentación para depredadores migratorios como el atún, donde sustenta lucrativas pesquerías y también un foco de impactos climáticos.
El equipo se centró en el atún aleta larga, atún blanco, bonito del norte, albacora (Thunnus alalunga), un depredador con forma de torpedo conocido por comerse cientos de especies diferentes en todo el mundo y cuya captura está regulada por un tratado entre Estados Unidos y Canadá.
Dieta diversa, pero rasgos similares
La variedad de presas que consume el atún blanco hace que sea difícil para los científicos predecir adónde irán sus poblaciones a medida que empeore el cambio climático. Para abordar este desafío, el equipo científico arrojó una luz diferente sobre los hábitos de consumo de refrigerios de este depredador oceánico al observar las características o rasgos comunes de los alimentos que comen.
"Al igual que elegimos alimentos basándonos en lo que nos gusta, ya sea un pretzel salado o una manzana dulce y crujiente, los depredadores oceánicos toman decisiones basándose en las características o rasgos de las presas a las que se enfrentan", dice Green.
Para descubrir qué rasgos son importantes para los depredadores oceánicos, los investigadores crearon una base de datos que categoriza más de 30 rasgos, incluido el contenido de grasa y proteína, la forma, el color, el tamaño y los comportamientos que hacen que las especies oceánicas sean potencialmente sabrosas para los depredadores, incluido el atún blanco.
"Nuestro objetivo es comprender mejor cuándo y dónde se encontrarán las presas más deseables a medida que cambie el clima", dice Green.
"Lo que estamos descubriendo es que el atún blanco es bastante adaptable; entre los cientos de especies que podría comer, busca presas que tengan todas las características que prefieren y se centran en ellas", explica el investigador asociado y autor principal del estudio, Miram Gleiber.
Mediante el uso de estudios basados en rasgos, el grupo espera crear una nueva forma de comprender cómo se están adaptando los depredadores del océano a los impactos del cambio climático.
Imagen: La base de datos global incluye anchoveta del norte de valor comercial (arriba a la izquierda), arenque del Pacífico (abajo en el centro) y calamares de mercado (abajo a la izquierda); pez linterna de aguas profundas (arriba en el centro) y calamares (abajo y arriba a la derecha); y cangrejo atún de mar abierto (en el medio). Muchos de estos animales rara vez son vistos por los humanos.
Big data, abierto al descubrimiento de los océanos
Los océanos cubren más del 70 por ciento del planeta y, sin embargo, están menos explorados que el espacio. El equipo de investigación, que incluye a siete estudiantes de la Universidad de Alberta, dedicó más de 10.000 horas a generar 155.000 piezas únicas de información sobre los rasgos de 521 especies de peces, crustáceos, calamares, pulpos y más que se encuentran en ambientes oceánicos.
Si bien muchas especies son presas importantes para los principales depredadores como atunes, tiburones, salmones y muchos otros en los sistemas oceánicos de todo el mundo, otros animales que el equipo documentó se conocen solo a partir de un puñado de especímenes.
La base de datos de rasgos también está disponible para que los científicos internacionales apoyen el aprendizaje sobre cómo están cambiando los sistemas, señala Green.
"Se crean grandes conjuntos de datos como este para respaldar modelos estadísticos que analizan la distribución de las especies oceánicas y cómo podrían ser las interacciones entre las especies oceánicas, como entre los depredadores y sus presas, podrían verse en el futuro".
"Estamos despertando mucho interés por parte de científicos de otros lugares que están utilizando la información que hemos recopilado, lo cual es realmente emocionante y gratificante para nosotros", dice Natasha Hardy, investigadora asociada que dirigió la síntesis de la dieta global.
Perspectivas para los océanos
Los hallazgos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático indican que la temperatura promedio del planeta aumentará al menos 1,5 °C en las próximas dos décadas, y algunos de los mayores cambios se producirán en las aguas costeras de Canadá [PDF].
La influencia del cambio climático en los ecosistemas es compleja e incluye fenómenos meteorológicos más extremos, como olas de calor, que alteran drásticamente los entornos marinos. Las olas de calor marinas son masas de agua sobrecalentada, muchos grados más caliente de lo normal, que se forman en el océano, interrumpiendo el ciclo natural del que dependen las especies en el océano para rastrear su alimento, desovar y migrar.
"Los científicos están encontrando algunas especies a cientos de kilómetros de donde las habíamos visto antes, y eso probablemente esté causando estragos en el sistema", dice el codirector del proyecto Larry Crowder, profesor del Centro Hopkins de Ciencias Marinas de la Universidad de Stanford.
Algunas especies son móviles y pueden adaptarse a entornos cambiantes, pero muchas viven cerca del límite de los rangos de temperatura, acidez y otros factores estresantes que pueden soportar, lo que hace que algunas especies pierdan hábitats enteros, dice Crowder.
El equipo comparte su trabajo esta semana en el 9º Congreso Mundial de Pesca, una reunión global de científicos y responsables políticos centrada en el mantenimiento de la pesca oceánica y de agua dulce frente al cambio climático y otras presiones.
Los hallazgos se publican en la revista Scientific Data: The Pelagic Species Trait Database, an open data resource to support trait-based ocean research