La tasa de calentamiento de los océanos se ha más que duplicado desde 1993
Los océanos han absorbido la gran mayoría del calentamiento causado por la quema de combustibles fósiles y han protegido a las sociedades del impacto total de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero este aliado crucial ha desarrollado síntomas alarmantes de estrés: olas de calor, pérdida de vida marina, subida del nivel del mar, caída de los niveles de oxígeno y acidificación causada por la absorción de exceso de dióxido de carbono.
Estos efectos ponen en riesgo no solo la salud del océano, sino la de todo el planeta.
Calentándose
Al absorber más del 90% del exceso de calor atrapado en la atmósfera por los gases de efecto invernadero, "los océanos se están calentando cada vez más rápido", dijo Angelique Melet, oceanógrafa del Monitor Oceanográfico Europeo Mercator.
El panel de expertos sobre clima del IPCC de la ONU ha dicho que la tasa de calentamiento de los océanos (y por lo tanto su absorción de calor) se ha más que duplicado desde 1993.
Las temperaturas medias de la superficie del mar alcanzaron nuevos récords en 2023 y 2024.
A pesar de una tregua a principios de 2025, las temperaturas se mantienen en máximos históricos, según datos del sistema de monitoreo climático Copernicus de la Unión Europea.
El Mediterráneo ha registrado un nuevo récord de temperatura en cada uno de los últimos tres años y es una de las cuencas más afectadas, junto con los océanos Atlántico Norte y Ártico, afirmó Thibault Guinaldo, del centro de investigación CEMS de Francia.
Las olas de calor marinas se han duplicado en frecuencia, se han vuelto más duraderas e intensas, y afectan a una zona más extensa, según indicó el IPCC en su informe especial sobre los océanos.
Imagen: Un hombre montado en una balsa improvisada pesca cerca de la orilla del Océano Atlántico en Casablanca el 31 de mayo de 2025.
El aumento de la temperatura en los mares puede intensificar las tormentas, alimentándolas con calor y agua evaporada.
El calentamiento del agua también puede ser devastador para las especies, especialmente los corales y las praderas marinas, que no pueden migrar.
Se estima que entre el 70% y el 90% de los corales se perderán este siglo si el mundo alcanza un calentamiento de 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) en comparación con los niveles preindustriales.
Los científicos prevén que ese umbral —el objetivo más ambicioso del acuerdo climático de París— se supere a principios de la década de 2030 o incluso antes.
Implacable subida
Cuando se calienta un líquido o un gas, se expande y ocupa más espacio.
En el caso de los océanos, esta expansión térmica se combina con el lento pero irreversible derretimiento de los casquetes polares y los glaciares de montaña del mundo para elevar los mares del mundo.
El ritmo al que suben los océanos a nivel global se ha duplicado en tres décadas y, si continúan las actuales tendencias, se duplicará nuevamente en 2100, alcanzando aproximadamente un centímetro por año, según una reciente investigación.
Alrededor de 230 millones de personas en todo el mundo viven a menos de un metro sobre el nivel del mar, vulnerables a las crecientes amenazas de inundaciones y tormentas.
"El calentamiento de los océanos, al igual que la subida del nivel del mar, se ha convertido en un proceso ineludible a lo largo de nuestras vidas, pero también a lo largo de varios siglos", afirmó Melet.
"Pero si reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero, disminuiremos la tasa y la magnitud del daño, y ganaremos tiempo para la adaptación".
Más acidez, menos oxígeno
El océano no sólo almacena calor, sino que también ha absorbido entre el 20 y el 30 por ciento de todas las emisiones de dióxido de carbono de los humanos desde la década de 1980, según el IPCC, lo que provoca que las aguas se vuelvan más ácidas.
La acidificación debilita los corales y dificulta la calcificación de los mariscos, los esqueletos de crustáceos y ciertos tipos de plancton.
"Otro indicador clave es la concentración de oxígeno, que sin duda es importante para la vida marina", afirmó Melet.
La pérdida de oxígeno se debe a un complejo conjunto de causas, incluidas las relacionadas con el calentamiento de las aguas.
Reducción del hielo marino
La capa combinada de hielo marino del Ártico y la Antártida (agua oceánica congelada que flota en la superficie) cayó a un mínimo histórico a mediados de febrero, más de un millón de millas cuadradas por debajo del promedio anterior a 2010.
Esto se convierte en un círculo vicioso: la reducción del hielo marino permite que llegue más energía solar y caliente el agua, lo que provoca un mayor derretimiento del hielo.
Esto alimenta el fenómeno de la "amplificación polar", que acelera e intensifica el calentamiento global en los polos, afirmó Guinaldo.