Las aguas profundas de la Antártida liberaron a la atmósfera grandes cantidades de CO2 durante la última deglaciación
Los microorganismos marinos, incapaces de contrarrestar el aumento del CO2

Durante la última deglaciación del planeta hace unos 18.000 años, al final de la época, glacial, la retirada del hielo antártico y el consecuente afloramiento de aguas profundas ricas en CO2 fue más determinante en el aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera que la acción de los microorganismos marinos.
Esta es una de las principales conclusiones de la investigación liderada por Eva Calvo y Carles Pelejero del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del CSIC y de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA).
El equipo de investigación de este trabajo, que se publica esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), lo completan los investigadores Isabel Cacho de la Universidad de Barcelona, Leopoldo D. Pena de la Universidad de Columbia (EEUU) y Graham A. Logan de Geoscience Australia.
La investigación ayuda comprender mejor los mecanismos naturales que determinan la concentración y distribución de CO2 en el planeta, de especial relevancia en el contexto actual de aumento de emisiones y de calentamiento global.
“Intentamos entender las oscilaciones naturales del CO2 en el planeta”, explica la investigadora del CSIC Eva Calvo. “Sabemos que el CO2 y el clima de la Tierra han evolucionado conjuntamente en el pasado pero no se conocen bien los mecanismos de tan estrecho vínculo”. No obstante, puntualiza, “sí sabemos que la explicación debe estar en los océanos, en la circulación oceánica y en el papel de los microorganismos que retienen CO2 a través del proceso de fotosíntesis”.
La influencia del fitoplancton como sumidero de CO2

Lo que han visto los investigadores, gracias el estudio de biomarcadores en los sedimentos marinos profundos y su comparación con el registro de CO2 de los últimos miles de años, es que durante la última desglaciación el efecto de estos microorganismos reteniendo CO2 queda minimizado frente al retorno de aguas profundas a la superfície en la zona antártica, que son muy ricas en nutrientes pero también en CO2.
Al inicio de la deglaciación, el desplazamiento del cinturón de vientos sobre la Antártida y la retirada del hielo antártico facilitaron el afloramiento de aguas profundas, ricas en nutrientes y en CO2, que habían estado alejadas del contacto con la atmósfera durante la época glacial. Esos nutrientes favorecieron el crecimiento de las diatomeas frente las algas cocolitoforales, lo que aumentó la capacidad de los océanos de retener CO2. El impacto de esa mayor retención de CO2, sin embargo, fue insignificante frente a la gran cantidad de CO2 que se liberó a la atmósfera como resultado del afloramiento de aguas profundas.

Artículo en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS): "Eastern Equatorial Pacific productivity and related-CO2 changes since the last glacial period" Eva Calvo, Carles Pelejero, Leopoldo D. Pena, Isabel Cacho and Graham A. Logan.
Fuentes: Sinc | Universidad de Barcelona
Imágenes: Patri Povea, Isabel Cacho, GRCGM-UB | Dolors Vaqué, ICM-CSIC | Naiara Berrojalbiz, IDAEA-CSIC