Descubren dos períodos en los que las corrientes se volvieron dramáticamente inestables
Los bivalvos, como las almejas, las ostras y los mejillones, registran en sus conchas los cambios ambientales estacionales, lo que los convierte en crónicas vivientes de la historia climática.
Un nuevo estudio de las conchas de los bivalvos ha detectado dos importantes episodios de inestabilidad en los sistemas de circulación del Océano Atlántico Norte, lo que sugiere que la región podría estar encaminándose hacia un punto de inflexión que podría desencadenar repentinos y dramáticos cambios en los patrones climáticos globales.
El Océano Atlántico Norte cuenta con dos grandes sistemas de corrientes que son vitales para la regulación del clima. La Circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC) es un sistema de corrientes oceánicas que hace circular el agua en el Océano Atlántico. El Giro Subpolar (GSP) forma parte de la AMOC y es un enorme remolino giratorio.
Imagen derecha: Las corrientes en el giro subpolar del Atlántico Norte también forman parte de laAMOC, pero el giro subpolar puede desestabilizarse y cruzar puntos de inflexión independientemente de la MOC.(Crédito de la imagen: Beatriz Arellano Nava)
En un nuevo artículo científico, investigadores analizaron 25 registros derivados de bivalvos para evaluar los cambios en la estabilidad del Atlántico Norte subpolar durante los últimos dos siglos.
En concreto, el equipo de investigación analizó las conchas de las almejas. A medida que crecen, sus conchas forman anillos, como los de un árbol. Al analizar la composición química y el ancho de estos anillos, los científicos obtienen datos precisos año tras año sobre las condiciones oceánicas pasadas, incluyendo factores como las corrientes, la temperatura y la salinidad. Luego, utilizaron herramientas estadísticas para rastrear cuánto tiempo tardó el sistema oceánico, principalmente el SPG, en recuperarse de las perturbaciones naturales.
Descubrieron dos períodos en los que las corrientes se volvieron dramáticamente inestables. "Las almejas revelan la desestabilización del Atlántico Norte a principios del siglo XX y en la actualidad", dijo el profesor Paul Halloran, del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter. "Nuestros resultados revelan dos episodios significativos de desestabilización en el Atlántico Norte septentrional desde el año 1800... la región se dirige hacia un punto de inflexión".
El primer período abarcó desde el siglo XIX hasta 1920. Esto ocurrió antes de un importante cambio documentado en la circulación del océano Atlántico Norte, lo que sugiere que ya estaba perdiendo el equilibrio, una señal clásica de un punto de inflexión.
Imagen: Robustez y significancia de las tendencias de autocorrelación en registros de bivalvos desde 1920. Science Advances (2025). DOI: 10.1126/sciadv.adw3468
El segundo período de inestabilidad comenzó en la década de 1950 y continúa hasta la actualidad, lo que indica que el océano sigue siendo tan inestable como antes del último cambio significativo en la circulación. En otras palabras, nos dirigimos hacia otro punto de inflexión. La principal fuente de esta inestabilidad, según los investigadores, es el SPG.
Entonces, ¿Qué se puede hacer para evitar este colapso circulatorio? La buena noticia es que las almejas han dado una señal de alerta temprana: aún no hemos llegado al punto crítico.
Este estudio, combinado con otros datos de monitoreo y modelos climáticos, puede ayudar a los gobiernos a prepararse para posibles cambios climáticos regionales y mitigar los riesgos para reducir la presión sobre el océano.
La investigación se ha publicado en la revista Science Advances: Recent and early 20th century destabilization of the subpolar North Atlantic recorded in bivalves












