En los últimos años se han hecho grandes avances en el suministro mundial de datos por satélite
Técnicas pioneras que utilizan satélites para controlar la acidificación del océano están revolucionando la forma en que estudian el océano los biólogos marinos y científicos del clima.
Este nuevo enfoque, publicado en la revista Environmental Science and Technology, ofrece un monitoreo remoto de grandes extensiones inaccesibles del océano con satélites que orbitan la Tierra a unos 700 kilómetros por encima de nuestras cabezas.
Cada año más de una cuarta parte de las emisiones globales de CO2 provenientes de la quema de combustibles fósiles y de la producción de cemento son absorbidas por los océanos de la Tierra. Este proceso convierte el agua de mar a más ácida, lo que hace más difícil vivir para algunos tipos de vida marina. El aumento de emisiones de CO2 y el aumento de la acidez del agua de mar en el próximo siglo tienen el potencial de devastar algunos ecosistemas marinos, un recurso alimenticio en el que nos apoyamos, y es crucial el monitoreo de manera cuidadosa de los cambios en la acidez de los océanos.
Investigadores de la Universidad de Exeter, Plymouth Marine Laboratory, Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER), la Agencia Espacial Europea y un equipo de colaboradores internacionales están desarrollando nuevos métodos que les permitan monitorear la acidez de los océanos desde el espacio.
El Dr. Jamie Shutler, de Geografía de la Universidad de Exeter que dirige la investigación, dijo: "Los satélites pueden llegar a ser cada vez más importantes para el control de la acidificación del océano, especialmente en aguas remotas y a menudo peligrosas como el Ártico, ya que tomar medidas directas todo el año en lugares tan inaccesibles puede ser dificil y costoso. Somos pioneros en estas técnicas para que podamos monitorear grandes áreas de los océanos de la Tierra, lo que nos permite identificar rápida y fácilmente aquellas áreas de mayor riesgo de la creciente acidificación".
Los métodos actuales de medir la temperatura y la salinidad para determinar la acidez se limitan a instrumentos in situ y las medidas tomadas por los buques de investigación. Este enfoque limita la toma de muestras a pequeñas áreas del océano, dado que los buques de investigación son muy caros de mantener y operar.
Las nuevas técnicas utilizan cámaras térmicas montadas en satélites para medir la temperatura del océano, mientras que sensores de microondas miden la salinidad. En conjunto, estas mediciones se pueden utilizar para evaluar la acidificación del océano más rápidamente y en áreas mucho más grandes de lo que ha sido posible antes.
El Dr. Peter Land del Laboratorio Marino de Plymouth quien es el autor principal del artículo, dijo: "En los últimos años se han hecho grandes avances en el suministro mundial de datos por satélite y ahora es el momento de evaluar la mayoría de ellos. Nuevas fuentes de datos para ayudar a monitorear la acidificación del océano y establecer que los datos de satélite pueden hacer la mejor contribución".
Se pueden utilizar para la tarea un número de satélites existentes. Estos incluyen al sensor Soil Moisture and Ocean Salinity (SMOS) de la Agencia Espacial Europea, que fue lanzado en 2009, y el satélite Aquarius de la NASA, que fue lanzado en 2011.
El desarrollo de la tecnología y la importancia de supervisar la acidificación del océano son propensos para apoyar el desarrollo de nuevos sensores de los satélites en los próximos años.
Artículo científico: Salinity from Space Unlocks Satellite-Based Assessment of Ocean Acidification