El CO2 también podría estar alterando adversamente sus 'presupuestos energéticos'
Científicos de la Universidad James Cook (JCU) en Australia han descubierto que los altos niveles de dióxido de carbono causan que los calamares disminuyan los ataques a sus presas.
Lideró la investigación el estudiante de doctorado Blake Spady, del Centro de Excelencia ARC para Estudios de Arrecifes de Coral de la JCU. Spady dijo que los océanos absorben más de una cuarta parte de todo el exceso de dióxido de carbono (CO2) liberado a la atmósfera por los humanos y esta absorción de CO2 adicional hace que el agua de mar se vuelva más ácida.
"Los modelos climáticos proyectan que a menos que haya un compromiso serio para reducir las emisiones, los niveles de CO2 continuarán aumentando este siglo para alcanzar niveles que tendrán efectos de gran alcance en la vida marina", dijo Spady.
Spady dijo que el equipo eligió estudiar cefalópodos (un grupo que incluye calamares, sepias y pulpos) porque la mayoría de los estudios previos de comportamiento se han centrado en los peces, y son en gran parte desconocidos los efectos del aumento de CO2 en los invertebrados altamente activos.
"Los cefalópodos también se aprovechan de cualquier cosa a que puedan aferrarse y son víctimas de una amplia gama de especies de depredadores, por lo que ocupan un lugar importante dentro de las redes alimentarias marinas".
Los científicos probaron los efectos del aumento de CO2 en los comportamientos de caza del calamar pigmeo (Idiosepius pygmaeus) y del calamar de arrecife (Sepioteuthis lessoniana).
"Para el calamar pigmeo, hubo una disminución del 20% en la proporción de calamares que atacaron a sus presas después de la exposición a elevados niveles de CO2. También fueron más lentos en atacar, atacaron desde más lejos y, a menudo, eligieron matices más visibles de patrones de cuerpo en condiciones elevadas de CO2. El calamar de arrecife no mostró diferencia en la proporción de individuos que atacaron a sus presas pero, al igual que el calamar pigmeo, fueron más lentos en atacar y usaron diferentes patrones corporales con más frecuencia".
Spady dijo que ambas especies mostraron una mayor actividad en condiciones elevadas de CO2 cuando no estaban cazando, lo que sugiere que también podría estar alterando adversamente sus 'presupuestos energéticos'.
"En general, encontramos efectos conductuales similares con elevado CO2 en dos órdenes de cefalópodos separados que ocupan nichos en gran medida distintos. Esto significa que una variedad de cefalópodos pueden verse afectados negativamente por el aumento del CO2 en los océanos, y eso podría tener consecuencias importantes en los ecosistemas marinos", dijo la coautora Dra. Sue-Ann Watson.
"Sin embargo, debido a que los calamares tienen vidas cortas, grandes poblaciones y un alto índice de aumento poblacional, pueden tener el potencial de adaptarse a los rápidos cambios en el ambiente físico", agregó Spady.
"El rápido estilo de vida del calamar podría significar que es más probable que se adapten a las futuras condiciones oceánicas que otras especies marinas, y esta es la siguiente pregunta que intentamos investigar".
Artículo científico: Predatory strategies and behaviours in cephalopods are altered by elevated CO2