Los hallazgos tienen importantes implicaciones para predecir nuestro clima futuro
Una capa invisible de espuma en la superficie del mar puede reducir el intercambio de dióxido de carbono entre la atmósfera y los océanos hasta en un 50%, según descubrieron los científicos.
Investigadores de las universidades Heriot-Watt, Newcastle y Exeter dicen que los hallazgos, publicados el lunes en la revista Nature Geoscience, tienen importantes implicaciones para predecir nuestro clima futuro.
Los océanos del mundo absorben alrededor de un cuarto de todas las emisiones de dióxido de carbono creadas por el hombre, lo que los convierte en el mayor sumidero de carbono a largo plazo en la Tierra.
La mayor turbulencia del mar aumenta el intercambio de gases entre la atmósfera y los océanos y hasta ahora era difícil calcular el efecto de los "surfactantes biológicos".
Los equipos del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural, el Leverhulme Trust y la Agencia Espacial Europea desarrollaron un sistema que compara en tiempo real el "efecto surfactante" entre las diferentes aguas del mar. Los tensioactivos o surfactantes son compuestos orgánicos producidos por el plancton marino y las bacterias que forman una película oleosa en la superficie del agua.
Descubrieron que los surfactantes pueden reducir el intercambio de dióxido de carbono hasta en un 50%.
Vídeo: medición del intercambio de gases en la superficie del océano
El Dr. Ryan Pereira, becario de investigación de Lyell en la Universidad Heriot-Watt en Edimburgo, dijo: "A medida que aumentan las temperaturas de la superficie, también lo hacen los surfactantes, por lo que este es un hallazgo muy crítico. Cuanto más cálida es la superficie del océano, más tensioactivos podemos esperar, y una reducción aún mayor en el intercambio de gases. Lo que descubrimos en 13 sitios del Océano Atlántico es que los surfactantes biológicos suprimen la tasa de intercambio de gases causada por el viento".
Los científicos dicen que los surfactantes no son necesariamente visibles como una mancha de aceite o espuma y son difíciles de identificar desde los satélites que monitorean la superficie de nuestro océano.
Dicen que necesitan poder identificar la materia orgánica en la microcapa superficial del océano para que puedan estimar de manera confiable los índices de intercambio de gases, como el dióxido de carbono y el metano.
Rob Upstill-Goddard, profesor de biogeoquímica marina en la Universidad de Newcastle, dijo en un comunicado: "Estos últimos resultados se basan en nuestros hallazgos previos que, contrariamente a la creencia convencional, los grandes enriquecimientos en la superficie del mar de los surfactantes naturales contrarrestan los efectos de los fuertes vientos".
El equipo recolectó muestras en el Océano Atlántico en 2014.
El Dr. Ian Ashton de la Universidad de Exeter, que trabajó en el estudio, dijo: "La combinación de esta nueva investigación con una gran cantidad de datos satelitales disponibles nos permite considerar el efecto de los surfactantes en el intercambio de gases en todo el Océano Atlántico, ayudándonos a controlar el dióxido de carbono a escala mundial".
Artículo científico: Reduced air–sea CO2 exchange in the Atlantic Ocean due to biological surfactants