El ártico, como lo conocemos, muy pronto podría ser una cosa del pasado
Los cambios han sido muy importantes considerando que el aumento de temperatura ha sido de sólo un grado en los últimos 150 años

Seguimos recibiendo malas noticias sobre el desiquilibrio que se está produciendo en el ártico, así el aumento de las temperaturas en los últimos 150 años ha tenido un enorme efecto en el ártico y si se mantiene, esa región del mundo está condenada a desaparecer tal como es en la actualidad, advierte un estudio publicado ayer jueves día 10 septiembre en la revista Science.
“El ártico, como lo conocemos, muy pronto podría ser una cosa del pasado”, señaló Eric Post, profesor de biología de la Universidad estatal de Pensilvania, que encabezó un estudio internacional sobre los ecosistemas y su reacción biológica ante el calentamiento del ártico realizado en el 2008, el Año Polar Internacional.
Cada especie tiene una función dentro del ecosistema y le proporciona servicios claves, aunque no sea consciente de ello. El hecho de que una planta florezca con antelación o que un zorro amplíe su territorio de caza tiene múltiples repercusiones y puede alterar el equilibrio de todo el ecosistema. En el caso del ártico, el origen de estos cambios biológicos está en el cambio climático. Investigadores de EEUU, Dinamarca, Reino Unido, Suecia, Noruega, Canadá y Finlandia han analizado durante un año las consecuencias ecológicas del calentamiento en la zona, y lo primero que han constatado es, precisamente, su calentamiento.

Señala como ejemplo que en los últimos 20 a 30 años, la capa estacional de hielo se ha reducido 45.000 kilómetros cuadrados por año. También se ha reducido de manera creciente la capa de nieve la cual ha comenzado a derretirse y desaparecer mucho antes de lo normal.
Por otra parte, “las especies en tierra y en el mar están sufriendo consecuencias adversas del comportamiento humano en latitudes que están a miles de kilómetros de distancia. Donde quiera que uno mire, en tierra firme, en el aire o en el agua, estamos viendo las señales de un rápido cambio”, indicó.

Entre los efectos en la fauna destaca la aparición temprana de las lluvias primaverales en el ártico canadiense, que ha provocado el deshielo y la desaparición de las madrigueras (cuando esas cavidades se derrumban ) de las crías de foca ocelada (Pusa hispida), dejando a los recién nacidos expuestos a la intemperie helada, e incrementando su vulnerabilidad a la hipotermia y a los depredadores.
Según el estudio, esas especies podrían estar condenadas a la extinción.
Por el contrario, el calentamiento del ártico puede beneficiar a especies oportunistas que ven cómo se incrementan sus posibilidades de hábitat y alimentación. Así, los científicos han constatado que el aumento del deshielo conlleva una reducción en la mortalidad, un incremento en la fertilidad y, como consecuencia, un aumento de poblaciones de renos de Svalbard (Rangifer tarandus platyrhynchus). En ocasiones, el beneficio es a costa de otros, como en el caso de los zorros rojos (Vulpes vulpes), que se están expandiendo hacia el norte, al retirarse los hielos, robando el territorio a sus primos los zorros árticos (Alopex lagopus).

Los cambios han sido muy importantes si se considera que el aumento de temperatura ha sido de sólo un grado centígrado en los últimos 150 años, señala el estudio. Según Post, es mucho más difícil pronosticar lo que ocurrirá si se produce un previsto calentamiento de seis grados en el próximo siglo.
“Los resultados de nuestros estudios revelan hasta ahora cambios generalizados y también una sorprendente diversidad en las consecuencias biológicas ante el calentamiento” dijo el científico. Como ejemplo, Post señaló el caso del reno del archipiélago de Svalbard, en Noruega, el cual se beneficia del deshielo de la nieve en invierno. Con menos nieve y un período más largo de crianza, estas especies han aprovechado la mayor abundancia de plantas y su población ha crecido debido a una mejor capacidad de reproducción.

“Siempre se ha pensado que el ártico es un ecosistema relativamente fácil de entender. Sin embargo, en realidad es muy complejo. “No todas las poblaciones de una especie dada responden de la misma forma al calentamiento porque las características físicas del ambiente que interactúan con el clima pueden variar tremendamente de un punto a otro”, manifestó Post .
El ártico avisa

El artículo que Post y colaboradores publican hoy en la revista Science destaca las evidencias de impactos ecológicos que el cambio climático está causando en el ártico. La progresión del calentamiento en la zona, con una rápida pérdida de hielo, es ya tan clamorosa que el Secretario General de la ONU regresó de su visita al ártico la semana pasada alertando de que, de seguir por este camino, nos encaminamos hacia el abismo.
Sin embargo, las consecuencias de estos cambios sobre los ecosistemas eran aún sujeto de especulación. Las evidencias que Post y colaboradores resumen sirven para demostrar que los cambios en el clima del ártico están ya teniendo impactos palpables sobre vegetación, aves y mamíferos, que se enfrentan a un futuro muy incierto dependiente no ya de su capacidad para sobreponerse frente a la selección natural que les ha traído hasta nuestros días, sino de su capacidad para resistir un cambio impuesto por los humanos, que destaca por su intensidad.
Las evidencias que presentan se refieren a la región sub-ártica, situada al sur de la región de hielos perpetuos. Reducida la cubierta permanente de hielo hasta casi una tercera parte de su extensión, es ésta precisamente la región que está experimentando un impacto más brutal. Sabemos, por la abundante megafauna que albergaba, que puede de ser un ecosistema altamente productivo, mantenido por algas del hielo que crecen formando filamentos de hasta 15 metros de longitud (Melosira arctica), pero nuestro desconocimiento sobre el ecosistema de los hielos permanentes es prácticamente absoluto. Hace medio siglo Max J. Dunbar (1914-1995) reclamó la urgencia de una expedición que investigase la estructura y funcionamiento de este ecosistema único. Posiblemente se haya perdido, quizás en un par de décadas, sin que lo hayamos llegado a conocer.
Más artículos sobre el Cambio Climático
Enlaces: Diario Público Science (Artículo original PDF en inglés) Penn State University - Department of Biology