A largo plazo podremos predecir el futuro, ha dicho Silvia González, investigadora del CMIMA
Su grupo de investigación, TANIT, estudiará la diversidad y la función de las bacterias en los océanos y su sensibilidad al cambio climático
La expedición Tara emprende un viaje a las entrañas del temido cambio climático a bordo de un velero que dará la vuelta al mundo durante los próximos tres años. Una travesía que tiene como objetivo analizar todos los microorganismos habitantes en los océanos para saber cómo serán los mares en un futuro no lejano.En total, son cinco los científicos que viajan a bordo del Tara, un equipo que partió este sábado. “A largo plazo podremos predecir el futuro”, indicó la investigadora del Centro Mediterráneo de Investigaciones Marinas y Ambientales (CMIMA) Silvia González, la única española implicada en el proyecto.
Silvia González-Acinas es investigadora del departamento de Biología Marina y Oceanografía del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), en Barcelona, y la única española que coordina un equipo de científicos dentro de Tara Oceans, un proyecto de investigación que estudiará el impacto del clima y las actividades humanas sobre la vida en los océanos.
En los tres años que durará la expedición, más de 100 científicos de áreas como biología, oceanografía, climatología o física pasarán por una embarcación dotada de las tecnologías más avanzadas. A González-Acinas le ha llegado el turno. Su grupo de investigación, TANIT, estudiará la diversidad y la función de las bacterias en los océanos y su sensibilidad al cambio climático. "Nuestro objetivo es determinar la diversidad, la biogeografía y la dinámica de las bacterias marinas, que son un componente vital en la cadena alimentaria del océano, y predecir su capacidad de adaptación en el contexto del cambio climático", explica.
Las bacterias velan por la salud de los ecosistemas marinos, ya que se encuentran en la base de la pirámide junto a otros organismos microscópicos; sin ellas, organismos superiores no podrían sobrevivir. Pero no sólo eso. "Gracias a ellas", prosigue, "respiramos, ya que absorben una cantidad bastante importante del CO2 que producimos los humanos". A pesar de su importancia, las bacterias marinas se encuentran prácticamente en el anonimato: sólo se han identificado unas 5.000 especies de los 1.000 millones que algunos científicos mantienen que existen. González-Acinas sostiene que la razón es que hasta hace poco no se disponía de la tecnología necesaria. Además, son microorganismos muy parecidos morfológicamente. "Con un pez es muy fácil distinguir la morfología pero con las bacterias marinas es mucho más complicado. El uso de técnicas moleculares y de secuenciación masiva en microbiología marina es todavía muy reciente, de los años 80, pero creo que en breve este campo experimentará un auténtico boom", añade.
La identificación y distribución de las especies de bacterias serán de gran ayuda para determinar cómo les afecta el cambio climático. Aunque es difícil de predecir, se cree que el incremento de temperatura y la acidificación el descenso del pH de los océanos puede acabar con la supervivencia de las bacterias. También pueden aparecer nuevas especies invasoras que ocupen la posición de las anteriores. El resultado está aún por llegar.
De momento, González-Acinas, ya a bordo del barco de la expedición, se encargará de recoger muestras de agua de mar con bombas de filtración desde la superficie hasta los 200 metros de profundidad. En total, 3.000 muestras de más de 350 lugares que quedarán registradas en una base de datos central para luego ser distribuidas por los diferentes laboratorios. Cuenta con la colaboración de 21 grupos especializados, que trabajarán simultáneamente para dar un paso más en la secuenciación masiva del ADN de las bacterias marinas.
Además de recopilar todo tipo de muestras, los científicos pueden trabajar a bordo gracias a dos laboratorios ubicados en el velero. El primero, situado en la cubierta, se observan las partículas recién extraídas del agua. Y en el segundo, el análisis es mucho más minucioso. Esta expedición cuenta con el mejor material tecnológico para estudiar los diferentes microorganismos del océano.
La travesía está sufragada por la millonaria diseñadora francesa Agnès Bourgois, que costea gran parte de los nueve millones de euros que vale el proyecto.
Enlaces: Centro Mediterráneo de Investigaciones Marinas y Ambientales (CMIMA)
Expedición Tara Taraexpeditions (en Youtube)