Los bosques submarinos árticos se están expandiendo debido a un rápido calentamiento de las aguas
¿Sabías que hay bosques en el Ártico?
Los exuberantes bosques submarinos de grandes algas marrones (kelps, del orden de las Laminariales) son particularmente llamativos en el Ártico, especialmente en contraste con la tierra donde el hielo (raspado del hielo contra el fondo marino) y el duro clima dejan el árido terreno con poca vegetación.
Los bosques de algas han sido observados en todo el Ártico por los inuit, investigadores y exploradores polares. Solo el Ártico canadiense representa el 10 por ciento de las costas del mundo, pero sabemos poco de los bosques de algas allí ocultos.
Hoy en día, el cambio climático está alterando a escala global los hábitats marinos como los bosques de algas. En Australia occidental, el este de Canadá, el sur de Europa, el norte de California y el este de los Estados Unidos, los bosques de kelp están desapareciendo debido a la subida de las temperaturas. En otras áreas, los erizos de mar están sobreexplotando a los kelps.
En el Ártico, las condiciones costeras están cambiando dramáticamente y la región se está calentando más rápido que el resto del mundo, pero estos cambios podrían ser buenos para las algas marinas.
Sin embargo, sabemos poco sobre los bosques de algas marinas en las remotas regiones árticas. Una última investigación, publicada en Global Change Biology, descubre la distribución de los bosques de algas del Ártico y explora cómo están cambiando con el clima estos importantes ecosistemas.
Proliferación de bosques de algas en el Ártico
El kelp actualmente habita en las costas rocosas de todo el Ártico. El kelp más largo registrado en el Ártico en Canadá fue de 15 metros, y el más profundo se encontró a una distancia de 60 metros (Disko Bay, Groenlandia).
A muchos les sorprende que las plantas marinas puedan crecer tan bien en los duros entornos árticos.
Los kelps se han adaptado a estas severas condiciones. Estas especies de agua fría tienen estrategias especiales para sobrevivir a temperaturas de congelación y largos períodos de oscuridad, e incluso crecen bajo el hielo marino.
En regiones con agua fría y rica en nutrientes, pueden alcanzar algunas de las tasas más altas de producción primaria de cualquier ecosistema natural en la Tierra.
Los kelps funcionan bajo el agua de la misma manera que los árboles en tierra. Crean un hábitat y modifican el entorno físico sombreando la luz y suavizando las olas. Los bosques submarinos que crean kelps son utilizados por muchos animales como refugio y alimento. Más de 350 especies diferentes, hasta 100.000 pequeños invertebrados, pueden vivir en una sola planta de algas marinas, y muchos peces, aves y mamíferos dependen de todo el bosque.
Los bosques de algas también ayudan a proteger las líneas costeras al disminuir la fuerza de las olas durante las tormentas y reducir la erosión costera. Una gran cantidad de algas se sueltan o se desprenden de la roca a la que se adhieren y terminan en hábitats cercanos donde alimentan redes alimentarias profundas.
Climas cambiantes y bosques
A medida que aumentan las aguas cálidas y el hielo marino se retira, llegará al fondo marino más luz, lo que beneficiará a las plantas marinas. En el norte los investigadores predicen un cambio de los bosques de algas a medida que se retiran los hielos.
La evidencia genética revela que la mayoría de los kelps reinvadieron el Ártico desde el Océano Atlántico bastante recientemente (hace aproximadamente 8.000 años, después de la última Edad de Hielo).
Como resultado, la mayoría de los kelps en el Ártico viven en aguas más frías que su temperatura óptima. El calentamiento del océano también moverá las condiciones más cerca de las temperaturas de máximo crecimiento, y podría aumentar la productividad de estos hábitats.
Sin embargo, están ocurriendo otros cambios en el Ártico que complican esta imagen. En Canadá, Alaska, Groenlandia, Noruega y Siberia, los suelos de permafrost que se han congelado durante miles de años están retrocediendo medio metro por año.
La descongelación del permafrost y el desmoronamiento de las costas árticas están vertiendo sedimentos en las aguas costeras a tasas alarmantes, lo que bloquea la luz y podría limitar el crecimiento de las plantas. La escorrentía de los glaciares que se derriten también reducirá la salinidad y aumentará la turbidez, lo que afecta a las algas jóvenes.
Entendiendo los bosques de kelp
El Ártico canadiense es el litoral ártico más extenso del mundo. Los primeros registros científicos de algas marinas en el Ártico son de Canadá durante las expediciones en busca del Paso del Noroeste.
En la Bahía de Hudson y en el este de Canadá, los bosques de algas han sido documentados científicamente entre la Isla de Ellesmere y Labrador, y en las costas de Lancaster Sound, la Bahía de Ungava, la Bahía de Hudson, la Bahía de Baffin y la Bahía de Resolute.
En el Ártico noroccidental canadiense, la falta de sustrato de roca y un clima más áspero soportan bosques de algas marinas más pequeños y fragmentados.
Sin embargo, faltan en muchas áreas medidas de referencia de la extensión de las comunidades de kelp. Desafortunadamente, la falta de información ya ha hecho difícil saber cómo están cambiando los bosques de algas.
Hoy en día, varios investigadores en Canadá se han asociado con comunidades y organizaciones del norte para estudiar las algas en el Ártico. El Proyecto ArcticKelp de cinco años, por ejemplo, explora los futuros cambios y las oportunidades que estos ecosistemas podrían brindar.
Al mismo tiempo, en colaboración con los pescadores Inuit, se está desarrollando una nueva tecnología (láseres submarinos) para mapear los bosques de algas en el Ártico.
Esto es importante, porque el conocimiento sobre los bosques de algas del Ártico podría ayudar a las comunidades y sociedades del norte a anticiparse y beneficiarse de estos valiosos ecosistemas cambiantes.
Potencial forestal
Los bosques de algas marinas en todo el mundo desempeñan un importante papel en las economías costeras, al sustentar una amplia gama de actividades turísticas, recreativas y comerciales.
El kelp se está abriendo paso en los platos de todo el mundo, y la industria de la acuicultura de algas marinas está creciendo a nivel mundial a una tasa del siete por ciento por año durante los últimos 20 años.
En el Ártico, los inuit utilizan tradicionalmente algas marinas como alimento y cosechan numerosas especies.
Los bosques de algas árticas son un ejemplo clave de las diversas respuestas al cambio climático. Los modelos y experimentos predictivos sugieren que las costas árticas están en línea para convertirse en uno de los entornos más afectados del mundo bajo un clima cambiante.
Sin embargo, la posible expansión de los bosques de algas debe proporcionar nuevos hábitats para los peces y otros organismos marinos, y mejorar una serie de valiosos servicios ecosistémicos a lo largo de las líneas costeras del Ártico.
Este recurso en expansión puede proporcionar los ingresos necesarios para las comunidades del norte cuyos medios de vida están amenazados por el cambio climático y otros impactos. Anticipar estos cambios y comprender estos nuevos ecosistemas será una prioridad clave para las naciones del Ártico.
El hecho de que no puedas ver los bosques que crecen en el Ártico no significa que no debamos apreciarlos y reconocer el papel crucial que desempeñan en el océano.
Este artículo se ha publicado de The Conversation bajo una licencia de Creative Commons. Lee el artículo original en inglés: Underwater Arctic forests are expanding with rapid warming