Cambio climático: lo que Darwin sabía
Reino Unido estudiará los libros de navegación de sus barcos desde el siglo XVII para constatar los cambios del clima
Aunque hay numerosos informes del tiempo de los siglos XVII y XIX que cubren continentes enteros, los océanos han sido en gran medida un territorio desconocido.
Ahora, un equipo de científicos confía en que los datos recogidos por los navegantes del siglo XVIII pueden arrojar nueva luz sobre cómo cambio el clima en los últimos 200 años.
La velocidad y dirección del viento, la temperatura del agua y del aire, la posición de los icebergs y el fluir del hielo son datos que los navegantes de hace siglos actualizaban con frecuencia y apuntaban cuidadosamente en sus libros o diarios. Paralelamente, en tierra, quedaban registradas en apuntes de distinta índole las cosechas, las sequías, las tempestades, las siegas o las vendimias.
Estas dos fuentes de información, que hasta ahora han existido separadamente, serán unidas para conocer el clima de los últimos siglos y compararlo así con el actual. The National Archives (los archivos del gobierno británico) digitalizará unos 300 de los 198.376 libros de navegación de que dispone y los colocará en su página web.
El proyecto liderado por la Universidad de Sunderland, en el Reino Unido, se propone digitalizar cerca de 300 bitácoras de los capitanes de los barcos de la Marina Real, desde 1760.
Entre los textos se incluyen anotaciones de los viajes de Charles Darwin a bordo del HMS Beagle, del Capitán Cook en el HMS Discovery y del Capitán Bligh en The Bounty.
Las entradas digitalizadas estarán disponibles a partir del año próximo en los Archivos Nacionales.
El proyecto de abrir estos libros o logbooks para conocer la meteorología previa a los registros convencionales es parte del programa CORRAL (Colonial Registers and Royal Navy Logbooks) que dirige la Universidad de Sunderland, al noroeste de Inglaterra.
El climatólogo Dennis Wheeler, de la citada universidad, asegura que estos libros "son la única fuente de información marina previa al año 1850, porque los datos conseguidos del análisis del hielo y de los anillos de los árboles dan sólo información en ciclos anuales. En cambio", prosigue, "los registros se actualizaban diariamente, lo que significa que son muy relevantes para los científicos que quieren crear patrones climáticos del pasado para la investigación de hoy". De momento, los investigadores que trabajan en este campo han empezado ya a estudiar toda esta información.
Los diarios contienen información detallada sobre el clima en los océanos, actualizada a diario y en algunos casos cada hora.
Figuran también mediciones de la velocidad y la dirección del viento así como registros de la temperatura y la presión atmosférica.
Diarios de Darwin y Cook
Los casi 300 libros que se digitalizarán son sólo una minúscula parte de la colección de 198.376 ejemplares que conservan los archivos, ubicados desde la década de 1970 en Kew, suroeste de Londres.El más añejo del fondo documental es el conocido como HMS Portsmouth (nombre de barco y de la ciudad marítima inglesa) que recoge el período del 27 de junio de 1669 al 24 de julio de 1671. El último logbook que entró en los archivos es de la década de 1980. Entre los libros de navegación que se digitalizarán están el de los viajes de Charles Darwin en el barco HMS Beagle o los diarios del capitán James Cook y del explorador William Bligh.
Bruno Pappalardo, especialista en libros de navegación de The National Archives, explica que el objetivo de estos diarios, inicialmente, "era la prueba más veraz del viaje y, de regreso, lo entregaban al Almirantazgo para cobrar el dinero que se les debía".
El experto explica que hay tres tipos de libros de navegación: los de los masters, los de los capitanes y los de los barcos. Los de los masters son los más relevantes a la investigación del clima; el resto incluía otro tipo de anotaciones como las señales recibidas o emitidas, los castigos dados a la tripulación, las muertes a bordo o datos más anecdóticos, como visitas de personajes relevantes al barco. Pappalardo no se atreve a decir que la colección de libros de navegación británica es la más importante del mundo, pero no sabe citar otra mayor en número de volúmenes o en importancia de algunos de los ejemplares.
Los diarios contienen también notas a pie de página con referencias personales sobre la vida a bordo de los barcos o las personas, y los lugares adonde llegaban. La mayoría de estos volúmenes llegaron a los archivos del Gobierno británico a mediados del siglo XIX procedentes de lo que sería hoy el Ministerio de Defensa (Royal Navy). En el museo de la Royal Navy quedaron los ejemplares más antiguos.
Esta información resulta vital para los investigadores modernos, que utilizan los registros para formar una imagen de los patrones climáticos mundiales a comienzos de la era industrial.
Los investigadores están comparando los datos actuales con récords históricos sobre cosechas malogradas, sequías y tormentas para poder predecir eventos similares en el futuro.
"La idea es conseguir más datos del pasado", le dijo a la BBC David Parker, del Centro Hadley de la Oficina Meteorológica Británica, "para desarrollar modelos estadísticos de la relación entre patrones del tiempo y las cosechas, por ejemplo, y ver si se pueden aplicar en el futuro, teniendo en cuenta el cambio climático".
En opinión del climatólogo Dennis Wheeler, de la Universidad de Sunderland, "las observaciones sobre la fuerza del viento y el clima anotadas por los navegantes son muy buenas y, en muchas ocasiones, hasta mucho mejores que las anotaciones que se hacen en la actualidad".
Marineros motivados
"El tema es que los marineros tenían que ser muy cuidadosos. La idea de que podías chocarte contra un arrecife era un gran incentivo para hacer tus anotaciones con gran precisión"."Lo que sucede en los océanos determina lo que pasa en la atmósfera. Por eso resulta crucial entender a los océanos para comprender los patrones climáticos en el futuro".
Los diarios no sólo contienen registros sobre el tiempo sino también observaciones personales sobre la vida a bordo, y los lugares y la gente con la que la tripulación entró en contacto durante sus viajes.
"Estas bitácoras han sido desde siempre objeto de interés de historiadores y entusiastas de temas navales", le dijo a la BBC Oliver Morley, de los Archivos Nacionales. "El hecho de que ahora estén siendo utilizados para la investigación científica es un muy buen ejemplo de cómo la información de archivo recopilada con un propósito puede ser reutilizada para algo totalmente diferente".
La información también será incorporada al proyecto conocido como ACRE (Reconstrucciones de la Circulación Atmosférica sobre la Tierra, por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo construir un archivo de registros climáticos hechos exclusivamente a partir de observaciones.
Enlaces: Archivo Nacional Británico (The National Archives) Proyecto CORRAL University of Sunderland