La Nematostella se esconde en los sedimentos de las marismas y permanece allí de por vida
Los organismos marinos estacionarios que no surcan el océano, sino que pasan sus vidas arraigados en un solo lugar, han desarrollado impresionantes formas de capturar presas.
La anémona de mar Nematostella, por ejemplo, se esconde en los sedimentos de las marismas y permanece allí de por vida. Tiene 'células punzantes' especializadas que arrojan toxinas a la presa que pasa, inmovilizando el bocado para que la anémona pueda atraparlo con sus tentáculos.