Incluso las islas más remotas del mundo no están a salvo de la contaminación lumínica
Los científicos saben desde la década de 1970 [PDF] que las luces artificiales nocturnas representan un problema para las aves marinas. Cegadas por el resplandor de las brillantes luces que salen de las farolas, los automóviles y los edificios cercanos a sus colonias de reproducción, las desorientadas aves marinas vuelan hasta que caen al suelo exhaustas, un fenómeno conocido como encallamiento o varamiento (grounding en inglés).
Pero una nueva investigación dirigida por Peter Ryan, un ornitólogo de la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, muestra que en el mar, la luz de los barcos que pasan puede tener un efecto similar, a veces mortal.