Estiman cuánto más tranquilas eran las aguas antes del auge del transporte comercial
Las aguas del Océano Pacífico frente al sur de California solían ser mucho más tranquilas hace cientos de años. Luego vino la Revolución Industrial, el transporte marítimo comercial y unos 15 decibeles (dB) adicionales de ruido.
Ésa es la conclusión de un estudio, el primero de su tipo, realizado por investigadores del Laboratorio de Física Marina del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego.
Crearon un modelo del paisaje sonoro del océano tal como lo experimentaron las ballenas, los delfines y otros organismos marinos hace cientos de años. Utilizaron como sitio temático el Canal de Santa Bárbara, donde las rutas marítimas de mucho tráfico se cruzan con santuarios marinos y zonas de alimentación de ballenas azules en peligro de extinción.
"Me sorprendió lo silencioso que estaba el canal [antes del transporte marítimo]", dijo la autora principal del estudio, Vanessa ZoBell, investigadora postdoctoral en el Scripps Machine Listening Lab. "Está protegido por islas, por lo que puede ser realmente tranquilo. Es interesante observar a qué condiciones se adaptaron los organismos marinos y a qué están expuestos hoy".
Los científicos compararon el sonido natural preindustrial con modelos del actual ruido oceánico, teniendo en cuenta el conjunto de sonidos naturales del viento y el ruido de la cavitación de las hélices de buques de carga, cruceros y embarcaciones de recreo. Descubrieron que el actual paisaje sonoro es hasta 15 dB más alto de lo que solía ser antes de que el comercio internacional convirtiera a Los Ángeles y Long Beach en los puertos marítimos más activos de Estados Unidos. Debido a que los rangos de dB son logarítmicos, eso significa que en estas aguas el ruido es hasta 30 veces más alto que antes.
"Sería como hacer un picnic en una pradera en lugar de hacerlo al costado de una autopista muy transitada", dijo ZoBell.
El hallazgo es importante porque la contaminación acústica afecta a una variedad de organismos marinos, en particular las ballenas y delfines que se comunican entre sí en vastas extensiones de océano, siempre que no sean ahogadas por la contaminación acústica de los barcos. El volumen del tráfico de buques de carga se ha triplicado en los últimos 30 años y sólo se espera que aumente.
Imagen: Niveles de ruido modernos en el Canal de Santa Bárbara estimados mediante modelos acústicos.
ZoBell describe la simulación como "computacionalmente costosa", lo que explica en parte por qué no se había hecho antes una comparación como ésta. Los investigadores dijeron que la parte técnicamente difícil del estudio fue construir modelos de propagación robustos de cómo se propaga, absorbe y refleja el sonido en un ambiente submarino antes de desaparecer. Estos modelos se utilizaron para representar con precisión los actuales niveles de sonido.
ZoBell le dio crédito al programa UC Ship Funds, un programa que otorga a los estudiantes tiempo en el mar a bordo de los buques de investigación Scripps, por brindarle a su equipo la capacidad de realizar las mediciones físicas necesarias como entrada para el modelo. La propagación del sonido en el océano requiere conocimiento de cómo viaja el sonido a través de los sedimentos en el fondo marino además de a través de la columna de agua, porque esos factores pueden amortiguar, doblar y reflejar el sonido. El equipo utilizó el buque de investigación de Oceanografía Scripps, Robert Gordon Sproul, para recolectar muestras de sedimentos en el Canal de Santa Bárbara para medir cómo se propaga el sonido a través de esos materiales.
Audio: Muestra de océano "tranquilo" seguida de muestra de ruido de barco
El alcance del exceso de ruido frente a la costa y cómo cambia en el espacio y el tiempo tiene un propósito valioso, concluye el estudio, ya que "es necesario para el desarrollo de estrategias de conservación y manejo enfocadas y efectivas para los mamíferos, peces e invertebrados marinos, ya que estas especies utilizan varias regiones del Canal de Santa Bárbara durante diferentes épocas del año".
"Entonces, a pesar de no tener una máquina del tiempo para visitar el océano preindustrial, el estudio proporciona una ventana a los niveles de sonido del océano que fueron típicos durante los millones de años durante los cuales evolucionaron los organismos marinos", dijo el oceanógrafo de Scripps, John Hildebrand, coautor del estudio e investigador principal del Laboratorio de Acústica de Ballenas de Scripps.
Los resultados del estudio aparecieron el 20 de abril en la revista Marine Pollution Bulletin: Comparing pre-industrial and modern ocean noise levels in the Santa Barbara Channel