La ballena era un iceberg

Con el hundimiento el pasado viernes día 23/11/2007 del crucero Explorer, tras chocar con un iceberg (En un principio la tripulación pensaba que era una ballena), se han derramado 20.000 litros de combustible en las aguas de una reverva natural internacional, quedando una mancha en el mar de 5 km de diámetro y ocho de largo (En sus depósitos, a un kilómetro de profundidad, quedan aun otros 180.000 litros). Por este motivo las autoridades argentinas, amen de evaluar el futuro impacto ambiental del posible derrame de ese combustible, están estudiando limitar el turismo en la Antártida que en los últimos tiempos se ha duplicado llegando este año a 30.000 visitantes.
Como hemos observado, la caza de ballenas no es la única amenaza para estas especies. Los océanos, o más aún, el impacto humano sobre los océanos, han cambiado dramáticamente durante el medio siglo transcurrido desde que las ballenas están protegidas. Entre las amenazas ambientales conocidas para las ballenas destacan el cambio climático global, la contaminación, la sobrepesca, el debilitamiento de la capa de ozono, el ruido provocado por dispositivos de sonar, y las colisiones con embarcaciones. La pesca a escala industrial supone una amenaza para la disponibilidad de alimento de las ballenas y un riesgo físico al quedar enganchadas éstas en las redes de pesca.

Actualización 01/08/2008 :El pasado día 25 de julio el Instituto Antártico Argentino ha publicado un informe con las consecuencias e impactos medioambientales producidos por el derrame del gasoil contenido en las bodegas del Explorer. Puede verse siguiendo este enlace:
Informe científico técnico sobre el hundimiento del M/V EXPLORER