Los microplásticos son invisibles pero omnipresentes
Los delfines mulares o nariz de botella de la bahía de Sarasota en Florida y la bahía de Barataria en Luisiana están exhalando fibras microplásticas, según nuestra una nueva investigación.
Los diminutos fragmentos de plástico se han esparcido por todo el planeta: en la tierra, en el aire e incluso en las nubes. Se calcula que solo en los océanos hay unos 170 billones de microplásticos. En todo el mundo, las investigaciones han descubierto que las personas y la vida silvestre están expuestas a los microplásticos principalmente a través de la comida y la bebida, pero también a través de la respiración.
El estudio encontró que las partículas microplásticas exhaladas por los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) son similares en composición química a las identificadas en los pulmones humanos. Aún no se sabe si los delfines están expuestos a más de estos contaminantes que las personas.
Por qué es importante
Imagen derecha: Una microfibra de plástico encontrada en el aliento exhalado por un delfín mular es casi 14 veces más pequeña que un cabello y solo se puede ver con un microscopio. Miranda Dziobak/College of Charleston, CC BY-SA
En los humanos, los microplásticos inhalados pueden causar inflamación pulmonar, lo que puede provocar problemas como daño tisular, exceso de moco, neumonía, bronquitis, cicatrices y posiblemente cáncer. Dado que los delfines y los humanos inhalan partículas de plástico similares, los delfines pueden correr el riesgo de sufrir los mismos problemas pulmonares.
Las investigaciones también muestran que los plásticos contienen sustancias químicas que, en los seres humanos, pueden afectar la reproducción, la salud cardiovascular y la función neurológica. Como los delfines son mamíferos, los microplásticos también pueden suponerles estos riesgos para la salud.
Como depredadores superiores con vidas útiles de décadas, los delfines mulares ayudan a los científicos a comprender los impactos de los contaminantes en los ecosistemas marinos y los riesgos para la salud relacionados con ellos para las personas que viven cerca de las costas. Esta investigación es importante porque más del 41% de la población humana mundial vive a menos de 100 km de la costa.
Lo que aún no se sabe
Imagen derecha: El océano libera microplásticos al aire a través de la espuma superficial y la acción de las olas. Una vez que las partículas se liberan, el viento puede transportarlas a otros lugares. Steve Allen, CC BY-SA
Los científicos estiman que los océanos contienen muchos billones de partículas de plástico que llegan a través de la escorrentía, las aguas residuales o la sedimentación del aire. Las olas del océano pueden liberar estas partículas al aire.
De hecho, las explosiones de burbujas provocadas por la energía de las olas pueden liberar cada año 100.000 toneladas métricas de microplásticos a la atmósfera. Dado que los delfines y otros mamíferos marinos respiran en la superficie del agua, pueden ser especialmente vulnerables a la exposición.
Donde hay más gente, suele haber más plástico. Pero en el caso de las diminutas partículas de plástico que flotan en el aire, esta relación no siempre es cierta. Los microplásticos transportados por el aire no se limitan a las zonas densamente pobladas, sino que también contaminan las regiones subdesarrolladas.
"Nuestra investigación encontró microplásticos en el aliento de delfines que viven en estuarios urbanos y rurales, pero aún no sabemos si existen grandes diferencias en las cantidades o tipos de partículas de plástico entre los dos hábitats", dice Leslie Hart, profesora adjunta de Salud Pública del College of Charleston, Estados Unidos.
Cómo se hizo el trabajo
Las muestras de aliento para el estudio fueron recolectadas de delfines nariz de botella salvajes durante evaluaciones de salud de captura y liberación realizadas en colaboración con el Zoológico Brookfield de Chicago, el Programa de Investigación de Delfines de Sarasota, la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos y la Fundación Oceanogràfic.
Durante estas breves evaluaciones de salud permitidas, los investigadores sostuvieron una placa de Petri o un espirómetro personalizado (un dispositivo que mide la función pulmonar) sobre el espiráculo del delfín para recolectar muestras del aliento exhalado de los animales. Utilizando un microscopio en el laboratorio, buscaron diminutas partículas que parecieran plástico, como piezas con superficies lisas, colores brillantes o forma fibrosa.
Imagen: Se recoge el aliento exhalado de un delfín durante una evaluación de la salud de los delfines salvajes en la bahía de Barataria, en Luisiana. Todd Speakman/National Marine Mammal Foundation, CC BY-SA
Como el plástico se derrite al calentarse, utilizaron una aguja de soldar para comprobar si estas piezas sospechosas eran de plástico. Para confirmar que efectivamente eran de plástico, utilizaron un método especializado llamado espectroscopia Raman, que utiliza un láser para crear una huella estructural que puede coincidir con una sustancia química específica.
El estudio destaca cuán extensa es la contaminación plástica y cómo están expuestos otros seres vivos, incluidos los delfines. Si bien aún no se conocen los impactos de la inhalación de plástico en los pulmones de los delfines, las personas pueden ayudar a abordar el problema de la contaminación por microplásticos reduciendo su uso y trabajando para evitar que más plástico contamine los océanos.
Los hallazgos se han publicado en la revista PLOS One: First evidence of microplastic inhalation among free-ranging small cetaceans