Organismos no indígenas introducidos a través del Canal de Suez están causando daños irreversibles
Según un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv, las especies no autóctonas (NIS por sus siglas en inglés) están dañando especies y hábitats indígenas en el mar Mediterráneo, afectando los recursos marinos potencialmente explotables y suscitando preocupación por los problemas de salud humana.
La expansión de 2015 del Canal de Suez, uno de los corredores de comercio más importantes del mundo, facilitó el ingreso de especies no indígenas al Mar Mediterráneo, según la profesora Bella Galil del Centro Nacional de Estudios de Biodiversidad de Israel en el Museo TAU Steinhardt of Natural History, autora principal de un estudio publicado el mes pasado en Management of Biological Invasions.
"El Mar Mediterráneo es la cuenca marina más invadida del mundo", dice la profesora Galil. "El número de NIS aumentó considerablemente entre 1970 y 2015. Se registraron en el Mar Mediterráneo 750 especies multicelulares no autóctonas, muchas más que en otros mares europeos, debido al número cada vez mayor de especies del Mar Rojo introducidas a través del Canal de Suez. Esto plantea preocupaciones acerca de la creciente introducción de NIS adicionales, la degradación asociada y la pérdida de poblaciones nativas, hábitats y servicios ecosistémicos".
Una lenta reacción
El desarrollo y la aplicación de una política de gestión han sido lentos, a pesar de un siglo de documentación científica sobre las bioinvasiones marinas en el Mar Mediterráneo.
La Convención para la Protección del Medio Marino y la Región Costera del Mediterráneo, que forma parte del Programa de los Mares Regionales del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), adoptó en 2003 un "Plan de Acción sobre la introducción de especies y especies invasoras en el Mar Mediterráneo". Pero el PNUMA "ha evitado hablar de la afluencia de biota tropical no indígena introducida a través del Canal de Suez y hasta ahora no se han implementado medidas de prevención y gestión", según la profesora Galil y sus colaboradores.
En su nuevo estudio, los autores presentan datos de que las áreas marinas protegidas en el Mediterráneo oriental, de Turquía a Libia, han sido abrumadas por especies no autóctonas y sirven como verdaderos "puntos calientes" de la bioinvasión. Las comunidades bióticas ya son frágiles, sufriendo estrés humano como la contaminación y la sobrepesca. La colonización de estas comunidades por los NIS redistribuye los recursos nutricionales, elimina actores importantes y los hace más susceptibles a la extinción.
Los hábitats rocosos dominados por algas del Mediterráneo oriental han sido diezmados por grandes poblaciones de peces herbívoros introducidos a través del Canal de Suez. Dos voraces pastores, Siganus luridus y S. rivulatus, han transformado los exuberantes arrecifes rocosos en "eriales", reduciendo drásticamente la complejidad del hábitat y alterando la estructura comunitaria y la red de alimentos. Dentro de 30 años, un pequeño mejillón del Mar Rojo ha reemplazado al mitílido nativo a lo largo de toda la costa mediterránea de Israel, formando densas "alfombras" de especies casi mono-específicas.
Una esperanza de intervención efectiva
Los autores del estudio dirigieron un debate sobre la gestión eficaz de las introducciones de especies no autóctonas en el mar Mediterráneo en un taller de EuroMarine que tuvo lugar en Ischia, Italia, en 2016. El debate dio lugar a la "Declaración de Ischia" que estableció principios para una gestión eficaz, basada en la ciencia transfronteriza. La declaración fue aprobada por la asamblea general de EuroMarine, una red de 73 instituciones de investigación y universidades, financiada por la Unión Europea.
"Esperamos que esta nueva investigación se utilice para construir una gestión eficaz basada en la ciencia de bioinvasiones marinas, y evitar, o al menos minimizar, la afluencia de especies no indígenas adicionales en el Mediterráneo", dice la profespra Galil. "El tiempo dirá si se logran estos objetivos o si los legisladores y la administración continúan posponiendo este difícil asunto y pasan la carga ambiental, económica y social a las generaciones futuras".
Los investigadores están investigando actualmente la contaminación y otros factores relacionados con los NIS.