Un caballito de mar aferrado con su cola a un bastoncillo de plástico
Justin Hofman, un fotógrafo de la naturaleza con sede en California, se maravillaba de la belleza de un arrecife cerca de la isla de Sumbawa, Indonesia, cuando observó una vista que no desearía haber visto a través de la lente de su cámara. Fue en ese momento que el hombre de 33 años sacó esta deprimente foto de un pequeño caballito de mar, no más grande que un vaso de cristal, dándose un paseo en un bastoncillo de algodón rosado.
Hofman dice que deseo que la imagen "no existiera", pero como fotógrafo pensó que podría compartirla con el mundo. El emocional disparo impresionó a mucha gente, convirtiéndose en uno de los finalistas del Wildlife Photographer of Year del Museo de Historia Natural de Londres. Una nota en la página de la entrada del concurso tiene la historia de fondo.
"Los caballitos de mar se desplazan por las corrientes agarrando objetos flotantes tales como algas con sus delicadas colas prensiles. Justin observó con deleite a este pequeño caballo de mar "casi saltar" en el estuario desde un pedacito de restos naturales rebotando al siguiente, balanceándose alrededor de la superficie de un arrecife cerca de la isla de Sumbawa, Indonesia".
"Pero cuando comenzó a entrar la marea, el estado de ánimo cambió. El agua contenía cada vez más objetos decididamente antinaturales, principalmente partículas de plástico, y una capa de lodos de alcantarillado cubría la superficie, todos se deslizaban hacia la orilla. El caballito de mar soltó un pedazo de pasto marino y agarró una larga y vellosa pieza de plástico transparente. A medida que se levantaba un fuerte viento en la superficie, haciendo empeorar las condiciones, el caballito de mar aprovechó algo que le ofreció una balsa más estable: un bastoncillo de plástico rosado".
La deprimente foto sirve como una alegoría para el estado bastante miserable de la contaminación plástica que las basuras de los seres humanos han vertido sobre los océanos. Las aguas alrededor de Indonesia y sus muchas islas están entre las más contaminadas del mundo. El gobierno local ha tomado nota, prometiendo para la limpieza mil millones de dólares en ocho años.
Sin embargo, la basura sigue acumulándose, poniendo en tela de juicio la eficacia de tales medidas sin una política complementaria que pueda frenar la contaminación en la fuente. Un reciente estudio estima que hay al menos 5.25 billones de piezas, que pesan 269.000 toneladas en total, contaminando los océanos del mundo. Solamente en 2010, 8 millones de toneladas métricas de plástico fueron descargadas en las aguas por los seres humanos.