Al mejorar la actividad microbiana, pueden acelerar la corrosión de los naufragios históricos y los arrecifes artificiales
El submarino alemán U-166 se hundió en una feroz batalla en las aguas de Louisiana hace 76 años. Ahora, el submarino puede estar padeciendo una segunda muerte lenta.
En 1942, el U-166 acababa de hundir el buque de pasajeros estadounidense Robert E. Lee cuando fue golpeado por cargas de profundidad de un barco patrullero estadounidense. En ese momento, la nave patrullera no confirmó el hundimiento, pero el accidente fue descubierto durante una investigación realizada en 2001 por las compañías de petróleo y gas BP y Shell.
Durante décadas, los restos del naufragio se asentaron en el lecho marino y se corroyeron lentamente en el agua salada. Una nueva investigación realizada por Jennifer Salerno, microbióloga de la Universidad George Mason en Virginia, sugiere que este y otros accidentes en el Golfo de México pueden degradarse mucho más rápidamente de lo esperado. ¿La causa? Vertidos de petróleo como el de la Deepwater Horizon, que en 2010 dispersó cuatro millones de barriles de petróleo en el Golfo de México.
En experimentos de laboratorio, Salerno y sus colegas demostraron que el tipo de acero carbonizado utilizado en el U-166, el Robert E. Lee, y muchos otros barcos se corroe más rápidamente en el agua mezclada con petróleo en concentraciones equivalentes en las del agua después del desatre de la plataforma Deepwater Horizon.
Si bien no están seguros de los mecanismos involucrados, Salerno dice que el petróleo puede mejorar el crecimiento de los microbios que metabolizan los compuestos de azufre en el hidrocarburo, produciendo sulfuro de hidrógeno corrosivo.
Salerno advierte rápidamente que sus hallazgos podrían no traducirse en los verdaderos naufragios. Sus pruebas se realizaron en un laboratorio y las condiciones en el mar pueden variar en términos de composición microbiana, salinidad y temperatura. Pero si los derrames de petróleo aceleran la degradación de los naufragios y otras estructuras de acero, las consecuencias podrían ser profundas.
Salerno dice que en el Golfo de México hay 2.000 naufragios documentados, muchos de los cuales pueden haber sido afectados por la fuga de la Deepwater Horizon. Y en todas las aguas de los EE. UU., dice que hay hasta 20.000 naufragios, muchos de ellos cerca de áreas con perforaciones de petróleo bajo el agua.
Además de ser objetos culturales o históricos, muchos naufragios como el U-166 son tumbas marítimas. Pero Salerno dice que estos naufragios juegan otro papel como arrecifes artificiales.
Si se pudre el acero que sostiene estos arrecifes, podría dañar los ecosistemas marinos que albergan, dice Melanie Damour, una arqueóloga marina de la Oficina de Administración de Energía Oceánica de los EE. UU. y una de los líderes del proyecto que analiza los efectos del derrame de la Deepwater Horizon en los naufragios.
"La pérdida de naufragios históricos debido a una mayor corrosión no solo conduciría a la pérdida irreparable de información arqueológica, sino que también tendría repercusiones ecológicas cuando estos sistemas de arrecifes artificiales colapsen e impacten la vida marina que se asentó sobre ellos".
Artículo científico: Exposure to Crude Oil and Chemical Dispersant May Impact Marine Microbial Biofilm Composition and Steel Corrosion (La exposición al petróleo crudo y al dispersante químico puede afectar la composición microbiana microbiana marina y la corrosión del acero)
