El Gran Cinturón de Sargazos del Atlántico contiene más de 22 millones de toneladas de algas
Los investigadores sospechan que las apestosas macroalgas se seguirán acumulando en la orilla del mar
Alrededor del mundo arena y olas revelan y ocultan todo tipo de hallazgos: tocones de antiguos bosques; botellas rellenas de mensajes; conchas grandes y pequeñas; un ocasional cerdo de mar. Algunas de estas vistas son fugaces: Los tocones pueden ser visibles solo cuando baja la marea, por ejemplo, o una botella puede varar un día, y luego desaparecer en las olas.
Pero, en muchas playas, no tienes que mirar con detalle para encontrar enormes montículos de algas, en especial las macroalgas conocidas como sargazo. Es un gran problema que huele mal, y los investigadores han sugerido recientemente que no desaparecerá pronto.
En el mar abierto, donde las algas flotan libremente en una región del Atlántico llamada Mar de los Sargazos, el sargazo es un hogar feliz para varias criaturas, incluidas especies de anguilas, camarones, cangrejos y el Histrio histrio, también conocido como pez de los sargazos. (Se parece mucho a las algas marinas, pero con aletas y globos oculares).
Pero cuando las gruesas alfombras varan en tierra, las cosas se ponen feas. La planta marrón dorada cae sobre la arena en gruesas y tenebrosas oleadas, tan densas que, desde el aire, parecen tierra. Las algas apestan a medida que se pudren al sol, atraen a las moscas, ponen en peligro los nidos de las tortugas marinas y los peces, y revuelven los estómagos de los bañistas, que ayudan a apuntalar la economía de muchas comunidades costeras.
Desde 2011 las algas marinas han hecho un desastre en el Atlántico tropical, el Mar Caribe, el Golfo de México y la costa este de Florida. El sargazo ha crecido hasta cuatro pies de altura en Antigua; el gobierno mexicano canalizó millones de dólares hacia los esfuerzos para transportarlo desde las playas del país; Barbados trató sus orillas inundadas como una emergencia nacional.
En declaraciones a The Economist en 2015 sobre los malolientes montone, Hilary Beckles, vicerrectora de la Universidad de las Indias Occidentales, definió al sargazo "la mayor amenaza que puedo imaginar para la economía del Caribe".
Al analizar las imágenes de satélite recopiladas en los últimos 19 años en toda la región, del denominado el Gran Cinturón de Sargazos del Atlántico, los investigadores dirigidos por Mengqiu Wang de la Universidad del Sur de la Florida han desenredado algunos de los factores que contribuyen a las floraciones y predijeron que las costas seguirán ahogadas con algas marinas.
Es fácil observar el sargazo con satélites porque las algas contienen clorofila, un pigmento verde que refleja la luz infrarroja mucho más marcadamente que el agua de mar. ("Para los satélites que detectan infrarrojos", escribió Ed Yong en The Atlantic, "el sargazo arde como una hoguera"). Así es como calculó el equipo que el año pasado el cinturón contenía más de 22 millones de toneladas de algas marinas, extendiéndose desde el Golfo de México hasta el borde occidental de África.
Es más difícil determinar exactamente por qué las floraciones se han vuelto tan grandes. El sargazo no es una planta nueva, pero en los últimos años se ha convertido en una vecina especialmente molesta.
En un nuevo artículo en Science, los investigadores informan que las floraciones probablemente se deben a varios factores. "La química del océano debe haber cambiado para que las floraciones proliferen", dijo en un comunicado de prensa la coautora Chuanmin Hu, oceanógrafa de la USF.
El equipo sospecha que las floraciones se alimentan de los fertilizantes y otros nutrientes que provienen del río Amazonas y se nutren de afloramientos de aguas más profundas frente a las costas de África occidental. Los investigadores encontraron que las esteras tienden a crecer entre abril y julio, y luego se disipan a fines de octubre. Cuando la temperatura del agua es correcta y persisten suficientes semillas del lote del año anterior, las condiciones son ideales para otra floración gigante en la primavera siguiente.
Los investigadores señalan que los datos son preliminares y que están ansiosos por obtener información más detallada. Pero para las comunidades que a menudo se encuentran excavando en una montaña de sargazo, toda la situación apesta.
"Sobre la base de los últimos 20 años de datos", dijo Hu en un comunicado, "puedo decir que es muy probable que el cinturón sea una nueva normalidad".
Artículo científico: The great Atlantic Sargassum belt