Estas estructuras de arrecife son "sumideros naturales" para el plástico y otros contaminantes
Es un gran desconocido el impacto del plástico en las muchas especies que llaman hogar al océano, pero los científicos están comenzando a reconstruir los tipos de riesgos que esta contaminación representa para el ecosistema marino.
El último hallazgo en esta área se refiere a un marisco común, los mejillones azules (Mytilus edulis), que según los investigadores puede ingerir tres veces más plástico cuando se agrupan en las estructuras de arrecife comúnmente vistas en la naturaleza.
La investigación fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Plymouth, quienes realizaron una serie de experimentos para investigar cómo la tendencia de los mejillones azules a formar estructuras de arrecife podría afectar su absorción de desechos plásticos.
Esto implicó colocar agregaciones de mejillones en canales de agua y someterlos a olas de diferentes velocidades. El equipo experimentó agregando partículas microplásticas al agua a lo largo de los diferentes experimentos, observando cómo influían los diferentes flujos de agua en el riesgo de ingestión de los mejillones.
A través de esta serie de experimentos, el equipo descubrió que cuando en el laboratorio los mejillones se agrupaban para formar estructuras similares a los arrecifes, disminuían la velocidad del agua que fluía sobre ellos, al tiempo que aumentaban las turbulencias. El resultado de esto fue un aumento de tres veces en el plástico ingerido, y los investigadores describieron estas estructuras de arrecife como "sumideros naturales" para el plástico y otros contaminantes, impulsados en gran medida por la complejidad y la rugosidad de la superficie de las estructuras.
"A menudo buscamos proteger las especies formadoras de arrecifes en función de quiénes son", dice el Dr. Antony Knights, profesor asociado de ecología marina en la Universidad de Plymouth. "Sin embargo, no conocemos ninguna investigación que haya demostrado que la estructura física del arrecife mismo, que hemos demostrado que puede ayudar a estos organismos que se alimentan por filtración a ser alimentadores más efectivos, también podría aumentar inadvertidamente su exposición a contaminantes como el microplástico. Sin medios para abordar este problema, debido a nuestra creciente conciencia de la cantidad de microplásticos en el medio marino, este estudio ofrece la primera evidencia de que formar un arrecife es un arma de doble filo para los individuos".
Esta no es la primera vez que escuchamos sobre los efectos nocivos que la contaminación plástica puede tener en los mejillones. Un estudio publicado el año pasado encontró que la exposición a los microplásticos podría inducir una fuerte respuesta inmune en los animales, lo que hizo que secretaran menos fibras adhesivas de las que dependen por su famosa capacidad para adherirse a las rocas.
Si bien los riesgos de las contaminaciones plásticas para todas las especies marinas deberían ser motivo de preocupación, la popularidad de los mejillones como aperitivo de mariscos, combinada con su papel crucial en un ecosistema marino saludable, puede convertirlos en una prioridad para los investigadores en el campo.
"Las especies como el mejillón azul son comercialmente valiosas como mariscos, pero también ambientalmente importantes", dice Knights. "Forman arrecifes naturales dentro de entornos marinos y costeros que mejoran la biodiversidad hasta tal punto que comúnmente están protegidos bajo acciones de conservación. Si son particularmente susceptibles a la contaminación microplástica, hay muchos efectos potenciales que debemos tener en cuenta".
La investigación fue publicada en la revista Environmental Research Letters: Spatial arrangement of biogenic reefs alters boundary layer characteristics to increase risk of microplastic bioaccumulation