Más del 90% pertenecen a materiales de origen vegetal o animal
Las microfibras son finas hebras de hilo que se usan para hacer ropa, alfombras y artículos para el hogar como las mopas. Se encuentran en el aire que respiramos, el agua que bebemos y en todos los océanos del mundo.
Sin embargo, las microfibras naturales, en lugar de las sintéticas, constituyen la mayoría de las que se encuentran en las aguas superficiales del océano, a pesar del hecho de que actualmente dos tercios de todas las fibras producidas por el hombre son sintéticas.
En el transcurso de dos años y cinco expediciones, el profesor Peter Ryan de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) y su equipo reunieron 916 muestras de agua de mar de los océanos de todo el mundo.
"Algunos de estas fueron recolectadas como parte de la Expedición de Circunnavegación Antártica, que tuvo lugar de 2016 a 2017. Otras fueron recolectadas por investigadores en sitios en el Mediterráneo y los océanos Índico y Atlántico", explica Ryan, director del FitzPatrick Institute of African Ornithology perteneciente a la UCT.
En la mayoría de los casos, los investigadores recolectaron una muestra de 10 litros de agua de mar usando un cubo de metal bajado de la proa del barco durante la navegación. Luego filtraron el agua en un laboratorio y contaron y analizaron todas las fibras.
En general, cada muestra de 10 litros de agua de mar contenía de 10 a 20 fibras, con un máximo de hasta 500 fibras contadas en una sola muestra.
Solo el 8% de las fibras en estas muestras eran microplásticos. El resto, más del 90%, eran materiales de origen vegetal o animal, como algodón, lana y otras celulosas, como lino y linaza.
El minucioso trabajo de identificación de miles de fibras fue realizado a lo largo de un año por el Dr. Giuseppe Suaria, un científico del océano con sede en el Instituto Italiano de Ciencias Marinas y autor principal de la investigación publicada en Science Advances.
Escasez de fibras sintéticas
Durante 2018 el mundo produjo 107 millones de toneladas de fibra, o el peso de más de 1 millón de torres Eiffel. De estas, el 62% eran sintéticas, la mayoría producidas a partir de plásticos de poliéster.
"Nuestros resultados mostraron que si bien es cierto que las fibras textiles son ubicuas en nuestros océanos, existe una notable escasez de fibras sintéticas", dice Ryan.
¿Qué explica este desajuste?
Según Ryan, hay varias explicaciones posibles, pero en este punto no hay información suficiente para comprender el fenómeno.
"Puede ser que las fibras naturales no se degraden en el medio marino debido a colorantes, recubrimientos o aditivos químicos. O podría ser que las telas sintéticas pierden y liberan menos fibras al medio ambiente (por ejemplo, cuando se lavan) en comparación con las telas naturales".
Ryan explica que podrían estar viendo más fibras naturales en el océano porque han tenido más tiempo para acumularse, dado su dominio histórico en la industria antes del advenimiento de los polímeros sintéticos.
Para estar seguros, Ryan dice que tendrían que investigar más para comprender mejor la tasa de descomposición de las fibras naturales y sintéticas en un rango de temperaturas del mar. Solo así podríamos entender la dinámica en juego en la degradación de estos materiales en nuestros océanos y su impacto en los organismos vivos.
Viendo la contaminación plástica en contexto
Si bien este es un resultado sorprendente, según Ryan, no fue completamente inesperado.
"Estudios anteriores mostraron un dominio similar de las fibras naturales en otros entornos, incluidos los ríos, la atmósfera y el hielo marino. Sin embargo, la considerable atención de los medios sobre la contaminación por microplásticos en el océano hace de este un importante hallazgo porque significa que debemos repensar las estimaciones de la abundancia de microplásticos en el mar", dice.
Son poco conocidos los efectos de la ingestión de microfibras en los organismos marinos, independientemente de si son de origen natural o sintético. Algunos estudios de laboratorio han indicado impactos adversos, pero no a las bajas concentraciones que se encuentran actualmente en el medio ambiente.
Para los animales más grandes, como las aves marinas que estudia Ryan, las microfibras probablemente atraviesan el tracto digestivo con bastante rapidez y, por lo tanto, tienen menos impacto que los fragmentos plásticos más grandes, que algunas aves podrían retener durante meses.
Y aunque es un descubrimiento esperanzador que haya menos microplásticos en las aguas superficiales de lo que muchos habrían predicho, Ryan cree que estos resultados deben verse a la luz del más amplio e inmenso impacto humano en los océanos.
"También debemos reconsiderar el impacto de las fibras naturales, así como las sintéticas, buscando formas de que las telas pierdan menos en general, en lugar de cambiar las sintéticas por telas naturales", dice Ryan.
Artículo científico: Microfibers in oceanic surface waters: A global characterization