El magma alcanza temperaturas de 1.200 grados Celsius
El suelo retumba bajo los pies, luego ruge cuando brotan del suelo las fuentes de lava de color rojo anaranjado, el intenso calor encubre a la multitud cercana asombrada por la última erupción volcánica de Islandia.
"Es indescriptible", dice la turista francesa de 40 años Magalie Viannisset, una de las curiosas que contemplaban maravilladas el jueves la fisura que se abrió un día antes en un valle deshabitado a solo 40 kilómetros (25 millas) de la capital de Islandia, Reikiavik.