Debido a que el volcán Kilauea continúa su erupción y la lava fluye hacia el océano, el Observatorio Volcánico de Hawái (HVO) y el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) tienen un mensaje importante para la gente de la zona: ¡no naden allí!
El 3 de junio de 2018, torrentes de ceniza caliente, roca y gas cayeron por los barrancos y canales de arroyos en las laderas del Volcán de Fuego de Guatamala. Más de tres semanas después de la erupción, el satélite Landsat 8 continuó detectando elevadas temperaturas en algunos de los depósitos de flujo piroclástico.
Un equipo de investigación registró con éxito el sonido de las burbujas de metano del lecho marino de la costa de Oregon utilizando un hidrófono, abriendo la puerta al uso de la acústica para identificar, y quizás cuantificar en el océano, este importante gas de efecto invernadero.
Cientos de casas, acres de tierra y múltiples caminos han sido destruidos por la lava y la actividad del volcán Kilauea en Hawái. Ahora, el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) ha perdido una parte de su equipo debido a las explosiones y los eventos de colapso que ocurren alrededor de la cima del volcán.
Si alguna vez has visto una serie de coloridos anillos concéntricos cerca de una neblina o niebla, es probable que hayas visto una gloria. Este colorido fenómeno óptico, rojo brillante en el exterior y azul en el centro, se forma cuando las gotas de agua dispersan la luz solar hacia una fuente de luz.
El 3 de mayo de 2018 comenzaron a abrirse fisuras humeantes en el vecindario de Leilani Estates, en Hawái. Desde entonces, se han abierto más de 20 fisuras en la Zona de Rift Lower East del volcán Kilauea, aunque la mayoría de los flujos de lava han sido pequeños y efímeros.
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