El agua salada lanzada a la atmósfera provocó la descomposición del O3 en la capa de ozono
Un gran equipo de especialistas atmosféricos ha descubierto que cuando el año pasado entró en erupción el volcán Hunga-Tonga Hunga-Ha'apai, se llevó consigo parte de la capa de ozono.
Investigaciones anteriores han demostrado que la erupción de Hunga-Tonga Hunga-Ha'apai fue una de las explosiones más poderosas jamás registradas. También fue única porque en lugar de arrojar sólo material volcánico, tierra y rocas, también envió a la atmósfera una gran cantidad de agua del océano.
En este nuevo trabajo, el equipo de investigación descubrió que toda esa agua salada que reaccionaba con otras sustancias químicas en la atmósfera provocaba la descomposición del O3 en la capa de ozono.
Para aprender más sobre el impacto de la erupción, los investigadores enviaron a la atmósfera globos con sensores desde la cercana isla Reunión apenas cinco días después de la erupción del volcán. Al estudiar los datos de los sensores, los investigadores encontraron que los niveles de ozono en la columna estaban aproximadamente un 30% por debajo de los niveles normales.
Mientras los globos continuaban monitoreando la columna mientras flotaba a través del Océano Índico y luego del Pacífico, encontraron un agotamiento total de aproximadamente el 5%. Descubrieron que el agotamiento se debía a que el agua del océano reaccionaba con moléculas de la atmósfera que contenían cloro, lo que provocaba una degradación del ozono, en cantidades nunca antes vistas en tan poco tiempo.
Imagen: Rápido agotamiento de O3 provocado por la erupción. Después de la erupción del HT, se llevó a cabo una campaña de globos en la isla de La Reunión (imagen de la izquierda). La dinámica de la columna muestra la inyección volcánica de vapor de H2O, dióxido de azufre (SO2) y HCl, lo que provoca una rápida activación del cloro en el aerosol volcánico hidratado y el agotamiento del O3 en la estratosfera. El perfil de O3 del 22 de enero de 2022 (línea negra) contrasta con la climatología de Reunión (línea roja), que muestra un notable descenso. Ilustración y mapa: Chelsea R. Thompson/NOAA; Foto: René Carayol/Université de la Réunion. Crédito: Ciencia (2023). DOI: 10.1126/ciencia.adg2551
El equipo de investigación señala que una reducción del 5% en la capa de ozono no es alarmante porque fue localizada y porque, en términos del mundo real, no fue tanta. Señalan que el agujero en la capa de ozono sobre la Antártida experimenta un agotamiento del 60% hacia finales de cada año.
Varios expertos en ciencias químicas han comentado los hallazgos del equipo. La Dra. Laura Revell, por ejemplo, de la Universidad de Canterbury, señaló que es "bastante común ver pérdidas de ozono a corto plazo después de una erupción importante como resultado de reacciones que involucran aerosoles volcánicos y cloro".
Y Olaf Morgenstern, de Atmósfera y Clima del NIWA, señaló que "... la velocidad del agotamiento del ozono observado desafía nuestra comprensión de la química que ocurre en las superficies de estas partículas y gotas".
Los hallazgos se publican en la revista Science: Rapid ozone depletion after humidification of the stratosphere by the Hunga Tonga Eruption