Detectada por satélites, a los científicos les preocupa que pueda afectar la capa de ozono
Los científicos están rastreando una enorme columna de gas tóxico que se desplaza por el norte de Europa y que fue escupida por la erupción volcánica en curso en Islandia. Es poco probable que la nube de gas cause problemas de salud graves. Sin embargo, los expertos advierten que podría afectar al agujero de ozono sobre el Ártico.
El 16 de marzo, un volcán subterráneo en la península de Reykjanes en Islandia estalló en su cima por cuarta vez en otros tantos meses, abriendo la fisura más grande del actual ciclo de erupción y desatando un enorme flujo de lava que por poco pasó por alto de la evacuada ciudad de Grindavík.
Inicialmente hubo temores de que el flujo de lava pudiera llegar al mar y desatar una columna de ácido clorhídrico, que habría sido "amenazando la vida" de cualquiera que estuviera cerca de la costa. Sin embargo, la lava nunca llegó a la orilla.
Pero la erupción liberó dióxido de azufre, un gas tóxico e incoloro que puede ser extremadamente peligroso en altas concentraciones.
El 17 de marzo, el volcán escupía alrededor de 50 kilogramos de dióxido de azufre por segundo, según una declaración traducida de la Oficina Meteorológica de Islandia. Los trabajadores de la cercana central eléctrica de Svartsengi fueron evacuados de las instalaciones debido a los altos niveles de gas, informó el sitio de noticias islandés RÚV, y se advirtió a los locales que permanecieran temporalmente en el interior, según Protección Civil de Islandia.
Imagen: Se pronostica que la columna tóxica se desplazará sobre el Reino Unido y Escandinavia en los próximos días. (Crédito de la imagen: CAMS/ECMWF)
Las emisiones de dióxido de azufre han disminuido significativamente desde el 18 de marzo, pero nuevos datos del Servicio de Vigilancia Atmosférica Copernicus (CAMS), parte del programa Copernicus de la Unión Europea, que rastrea los cambios meteorológicos y climáticos utilizando datos satelitales, muestran que el inicial escape de gas formó una columna concentrada de 5 kilómetros de altura que desde entonces ha volado hacia otros países del norte de Europa.
La columna de gas ya pasó por encima del Reino Unido y actualmente se acerca a Escandinavia, donde comenzará a disiparse antes de ingresar a Rusia.