En realidad contribuyó a enfriar la Tierra, de manera similar a otros importantes eventos volcánicos
Una nueva investigación de un equipo colaborativo en el que participa el científico atmosférico de la Universidad Texas A&M, Dr. Andrew Dessler, está explorando el impacto climático de la erupción del volcán Hunga Tonga de 2022 y cuestionando las suposiciones existentes sobre sus efectos en el proceso.
El notable evento de dos días, que ocurrió a mediados de enero de 2022, inyectó a la atmósfera grandes cantidades de aerosoles volcánicos y vapor de agua. Históricamente, grandes erupciones volcánicas como la del Tambora en 1815 y la del Monte Pinatubo en 1991 han provocado importantes efectos de enfriamiento en el clima global al bloquear la luz solar con sus aerosoles.
Sin embargo, la erupción de Hunga Tonga presentó un escenario único: como volcán submarino, introdujo una cantidad de vapor de agua sin precedentes en la estratosfera, aumentando el contenido total de agua estratosférica en aproximadamente un 10%.
Debido a que el vapor de agua es un poderoso gas de efecto invernadero, Dessler dice que hubo especulaciones iniciales de que podría explicar el calentamiento global extremo en 2023 y 2024. En cambio, los resultados de la investigación del equipo revelan lo contrario: la erupción en realidad contribuyó a enfriar la Tierra, de manera similar a otros importantes eventos volcánicos.
El documento del equipo incluye información y análisis de Dessler, profesor del Departamento de Ciencias Atmosféricas de Texas A&M y director del Centro de Estudios Climáticos de Texas; al primer autor, el Dr. Mark Schoeberl, científico jefe de la Corporación de Ciencia y Tecnología con sede en Virginia, en Hamburgo, Virginia; y varios científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).
Su metodología implicó analizar observaciones de aerosoles y vapor de agua, entre otras variables, obtenidas por satélite de la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) para estimar el balance energético del sistema climático de la Tierra. Su análisis reveló que la erupción provocó que saliera más energía del sistema climático de la que entró en él, lo que indujo el ligero efecto de enfriamiento.
"Nuestro artículo echa por tierra la explicación de que la erupción provocó el calor extremo de 2023 y 2024", explicó Dessler. "En lugar de ello, debemos centrarnos principalmente en los gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas como la principal causa del calentamiento, con una gran ayuda del fenómeno de El Niño en curso".
Imagen: Una imagen satelital Sentinel-2 que muestra agua de color verde amarillento que rodea el área al oeste de Hunga Tonga-Hunga Ha'apai capturada el 2 de enero de 2022. Se pueden ver algunas emisiones blancas de gas y vapor que se elevan desde el extremo suroeste de la isla. La imagen utiliza la representación en “color natural” (bandas 4, 3, 2). Cortesía de Sentinel Hub Playground.
Implicaciones y futuras investigaciones
Según Dessler, esta investigación tiene importantes implicaciones tanto para los científicos como para el público en general. Al descartar la erupción volcánica como un factor importante en el reciente calentamiento, el estudio del equipo refuerza su punto de que las emisiones de gases de efecto invernadero inducidas por el hombre son el principal impulsor del cambio climático. Este enfoque es particularmente relevante dado el actual debate y la desinformación sobre las causas del calentamiento global.
Además, Schoeberl afirma que el estudio subraya la importancia de seguir invirtiendo en mediciones estratosféricas basadas en satélites.
"Nuestra comprensión de la erupción de Hunga Tonga se debe en gran medida a la inversión en mediciones satelitales estratosféricas realizadas por la NOAA y la NASA durante las últimas dos décadas", añadió Schoeberl. "Sin embargo, debemos ser cautelosos ante un posible 'desierto de datos estratosférico', ya que algunos de los instrumentos más críticos no están siendo reemplazados".
El desafiante camino que tenemos por delante
Si bien este artículo responde a varias preguntas importantes, Dessler reconoce que simultáneamente introduce otras nuevas. Por ejemplo, los investigadores destacaron algunas cuestiones no resueltas relacionadas con la erupción de Hunga Tonga, como los niveles inesperadamente bajos de dióxido de azufre producidos por una erupción tan violenta y el impacto mínimo que la erupción tuvo en el agujero de ozono de 2023.
El agujero de ozono de 2023 se refiere a un significativo adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida, que permite que una mayor radiación ultravioleta dañina llegue a la superficie de la Tierra. Además, la persistencia de vapor de agua en la estratosfera más allá de lo predicho por los modelos sugiere que todavía hay mucho que aprender sobre los procesos de circulación estratosférica.
Mientras los científicos trabajan para resolver preguntas actuales y profundizar nuestra comprensión de la estratosfera, Schoeberl dice que el trabajo del equipo resalta la necesidad crítica de una investigación continua y de datos precisos para abordar los desafíos del cambio climático.
Los hallazgos ha sido publicados el miércoles 24 de julio en el Journal of Geophysical Research: Atmospheres: Evolution of the Climate Forcing During the Two Years After the Hunga Tonga-Hunga Ha'apai Eruption
