Sus efectos ya habían desaparecido miles de años antes de que impactara el meteorito
Hace tiempo que se ha propuesto que las erupciones volcánicas masivas en la península india podrían ser una causa alternativa de la desaparición de los dinosaurios. Esta fase de vulcanismo activo tuvo lugar justo antes de que un meteorito impactara contra la Tierra, hace 66 millones de años. El efecto de estas erupciones volcánicas sobre el clima de la Tierra ha sido durante décadas tema de intenso debate científico.
Ahora, científicos del clima de la Universidad de Utrecht y de la Universidad de Manchester muestran que, si bien el vulcanismo provocó un período frío temporal, los efectos ya habían desaparecido miles de años antes de que impactara el meteorito. Los científicos concluyen que el impacto del meteorito fue la causa última de la extinción de los dinosaurios.
El impacto de un meteorito en el Golfo de México hace aproximadamente 66 millones de años ha sido ampliamente investigado y es ampliamente conocido como el punto final definitivo de la era de los dinosaurios.
Pero los científicos de la Tierra han debatido intensamente durante décadas si un masivo derrame de lava en el continente indio, que ocurrió antes y después del impacto del meteorito, también contribuyó a la desaparición de las poblaciones de dinosaurios que vagaban por la Tierra.
Estas erupciones volcánicas liberaron enormes cantidades de CO2, polvo y azufre, lo que alteró significativamente el clima de la Tierra, pero de maneras diferentes y en escalas de tiempo diferentes a las del impacto de un meteorito.
Imagen: Contexto paleogeográfico de América del Norte que destaca las ubicaciones de estudio, junto con la estratigrafía física, MBT'5me y registros orgánicos masivos de δ13C para West Bijou (azul) y Pyramid Butte (naranja). Crédito: Science Advances (2024). DOI: 10.1126/sciadv.ado5478
Turberas antiguas
La nueva publicación proporciona evidencia convincente de que, si bien las erupciones volcánicas en la India tuvieron un impacto claro en el clima global, probablemente tuvieron poco o ningún efecto en la extinción masiva de los dinosaurios.
Al analizar moléculas fósiles en antiguas turberas de los Estados Unidos de América, el equipo científico reconstruyó las temperaturas del aire para el período de tiempo que abarca tanto las erupciones volcánicas como el impacto del meteorito.
Utilizando este método, los investigadores demuestran que ocurrió una gran erupción volcánica unos 30.000 años antes del impacto del meteorito, coincidiendo con un enfriamiento del clima de al menos 5° Celsius. También concluyen que este enfriamiento fue probablemente el resultado de emisiones de azufre volcánico que impiden que la luz solar llegue a la superficie de la Tierra.
Es importante destacar que los científicos descubrieron que unos 20.000 años antes del impacto del meteorito, las temperaturas en la Tierra ya se habían estabilizado y habían vuelto a alcanzar temperaturas similares a las que había antes de que comenzaran las erupciones volcánicas. Este período de calentamiento global probablemente fue ayudado por las emisiones volcánicas de CO2, dice Lauren O'Connor de la Universidad de Utrecht.
"Estas erupciones volcánicas y la liberación de CO2 y azufre asociadas habrían tenido drásticas consecuencias para la vida en la Tierra. Pero estos eventos ocurrieron milenios antes del impacto del meteorito y probablemente jugaron solo un pequeño papel en la extinción de los dinosaurios", explica.
Imagen: Greg Price, Rhodri Jerrett y Lauren O’Connor toman muestras de turba fosilizada en West Bijou, EE. UU. Foto: Tyler Lyson.
Invierno de impacto
Con los efectos del vulcanismo prácticamente descartados, el impacto del meteorito de Chicxulub quedaría como la causa principal de la extinción masiva de los dinosaurios.
"En comparación, el impacto del asteroide desencadenó una cadena de desastres, incluidos incendios forestales, terremotos, tsunamis y un 'invierno de impacto' que bloqueó la luz solar y devastó los ecosistemas. Creemos que el asteroide fue el que finalmente asestó el golpe fatal", afirma Rhodri Jerrett de la Universidad de Manchester.
Las turbas fósiles que analizaron los investigadores contienen moléculas específicas que atraviesan la membrana producidas por bacterias. La estructura de estas moléculas cambia en función de la temperatura del entorno. Al analizar la composición de estas moléculas preservadas en antiguos sedimentos, los científicos pueden calcular pasadas temperaturas.
O'Connor añade: "De esta manera, pudimos crear una detallada 'cronología de temperatura' para los años previos a la extinción de los dinosaurios, que podemos comparar con el registro fósil para comprender el tiempo relativo de los eventos".
El estudio se publica en la revista Science Advances: Terrestrial evidence for volcanogenic sulfate-driven cooling event ~30 kyr before the Cretaceous–Paleogene mass extinction