El impacto de la Tierra con un protoplaneta creó la luna hace 4.500 millones de años
¿Alguna vez has pedido un deseo a una estrella fugaz? Aunque hermosas, las estrellas fugaces también son señales del campo de tiro cósmico por el que está pasando la Tierra. La munición consiste en innumerables rocas espaciales, desde microscópicas hasta gigantescas, que se mueven a una increíble velocidad. Las pocas que impactan directamente se llaman meteoritos.
Organizaciones como el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA rastrean miles de estos objetos cercanos a la Tierra. En ocasiones, candidatos como el asteroide 2024 YR4, del tamaño de un edificio, acaparan titulares. En abril de 2025, se anunció que el asteroide tiene una remota posibilidad de impactar la Luna en 2032.
Si la humanidad llegara a verse amenazada alguna vez por un impacto que la extinguiera, experimentos pioneros como la misión DART de 2022 han demostrado ser prometedores a la hora de desviar los asteroides. Pero ¿Qué ha sucedido en el pasado cuando nuestro planeta se enfrentó a visitantes del cosmos mucho más grandes? ¿Y cómo se compara el asteroide 2024 YR4 con algunos de los mayores impactos extraterrestres de la astronomía?
1. Meteoro de Cheliábinsk
Comparado con los impactos gigantes del pasado, este meteoro era de tamaño pequeño, pero aun así tuvo un impacto devastador. El 15 de febrero de 2013, un fragmento hipersónico de 20 metros de ancho, llamado superbólido, se precipitó sobre la ciudad rusa de Cheliábinsk.
Su velocidad, que sacudió la Tierra, provocó que la atmósfera lo destrozara a 30 kilómetros del suelo, creando una onda expansiva de gran energía equivalente a docenas de bombas como la de Hiroshima. Un artículo publicado en Science en 2013 confirmó los daños. Tras emitir un cegador destello, la explosión de la roca en llamas hizo temblar edificios, destrozó ventanas y hospitalizó a unos 1.500 civiles con las oleadas de su metralla.
El meteorito de Cheliábinsk fue inusualmente grande, pero no estaba solo. Estas llamadas "bolas de fuego" aparecen en nuestros cielos con bastante frecuencia; rara vez alcanzan la superficie, pero aun así causan un gran impacto.
2. Impacto en la Cuenca de Sudbury
Nuestro siguiente gran impacto ocurrió mucho antes de que los humanos, o incluso cualquier forma de vida compleja hubiera evolucionado para presenciarlo. Hace casi 2 mil millones de años, en lo que hoy es Ontario, Canadá, un presunto cometa de más de 9.6 kilómetros de ancho se estrelló contra el suelo. Dejó a su paso la Cuenca de Sudbury, un enorme cráter ovalado de casi 64 kilómetros de largo.
A pesar de su impacto inicialmente violento, que produjo tsunamis que agitaron los océanos y restos que volaron por todo el mundo, este impactador también dejó tras de sí una enorme oportunidad.
A medida que se enfriaban las capas de roca fundida, formaron una capa concentrada de metales preciosos como níquel, cobre e incluso oro, que de otro modo quedarían enterrados a gran profundidad. Gracias a este impacto extraterrestre, Ontario genera miles de millones de dólares en ingresos anuales gracias a las riquezas de la cuenca.
3. Cráter Vredefort
El cometa de Sudbury, a pesar de su enorme tamaño, perdió en la escala frente al impactador de Vredefort. El responsable podría haber medido más de 24 kilómetros, según un estudio de 2022 publicado en el Journal of Geophysical Research, lo que lo convierte en el asteroide más pesado conocido que jamás haya impactado nuestro planeta. El choque ocurrió hace poco más de dos mil millones de años en la antigua Sudáfrica, formándose la estructura de impacto más grande de la Tierra: un enorme cráter de casi 320 kilómetros de diámetro.
La energía liberada haría que nuestro arsenal nuclear global pareciera de juguete. El remanente del impacto, un anillo de rocas antiguas de la corteza terrestre rara vez visto en la superficie en otros lugares, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005. Como era de esperar, el cráter Vredefort es ahora un centro turístico y de investigación geológica.
4. Impacto de Chicxulub
En la catástrofe cósmica más famosa conocida por la imaginación popular, el Impactor de Chicxulub puso fin al reinado de los reptiles hace 66 millones de años, generando un enorme cráter que ahora descansa debajo del Golfo de México. Un artículo de 2019 publicado en PNAS ofrece una escalofriante perspectiva sobre las horas posteriores al impacto. Tsunamis apocalípticos, terremotos de proporciones catastróficas e incendios forestales interminables afectaron a los sobrevivientes.
Este desastre se conoce en paleontología como la extinción masiva K-Pg. Si bien los científicos aún debaten el papel del cambio climático a largo plazo, está bien fundamentado el profundo impacto del asteroide en los ecosistemas.
El hollín de los incendios forestales y el polvo de silicato, lanzados a gran altura por la energía de la colisión, podrían haber creado una capa de enfriamiento planetario. Los investigadores, cuyos hallazgos se publicaron en Nature en 2023, modelaron que las temperaturas globales podrían haber disminuido casi 30 grados Fahrenheit a medida que las plantas se vieron privadas de luz durante años.
5. La Luna
Sí, has leído bien. Según la principal hipótesis de un impacto gigante, un protoplaneta del tamaño de Marte llamado Theia generó el único impacto que los dominaría a todos. Solo que, en lugar de crear un cráter, creó una luna hace 4.500 millones de años.
Gran parte de Theia y la Tierra en formación se vaporizaron cuando el calor del impacto expulsó roca fundida. Sin embargo, la firmeza de la gravedad permitió que la Tierra reabsorbiera parte de esta eyección, y una porción considerable del resto formó la Luna.
El análisis composicional demuestra que nuestra luna es notablemente similar a su progenitora, la Tierra, a nivel químico. Sin embargo, la ciencia aún no está completamente decidida. Un artículo publicado en 2024 en Space: Science and Technology sugiere numerosas revisiones posibles de este modelo, incluyendo múltiples impactos menores y una Theia mucho más grande.
Desde el desencadenamiento de maremotos hasta la formación de un ciclo lunar, los impactos caóticos han moldeado nuestro mundo y continuarán haciéndolo durante miles de millones de años. Mientras recordamos las extrañas y extraterrestres cicatrices de nuestro pasado lejano, también debemos mantener nuestros telescopios enfocados en el futuro que se acerca velozmente.