En octubre en 1995 una avalancha mató a 20 personas del pueblo
Flateyri es un pequeño pueblo de pescadores situado en una estrecha franja de tierra a la orilla del mar en las pintorescas Westfjords, en el noroeste de Islandia. El pueblo, de apenas 300 habitantes, ha sido un puesto de comercio desde 1792 y vio su apogeo en el siglo XIX cuando se convirtió en un importante centro y base para la de caza ballenas y tiburones. La industria pesquera ha sido siempre vital para los pueblos de los Fiordos del oeste, y Flateyri ha unido con éxito esta tradición con el turismo, haciendo del pueblo un destino muy popular para los pescadores marinos extranjeros.
Al igual que muchos pueblos de Islandia, Flateyri está situado en la orilla del mar en la base de una empinada montaña sin árboles llamada Skollahvilft. La montaña es muy pronunciada y a menudo permanece cubierta de nieve durante gran parte del año por lo que es susceptible a las avalanchas. Sin embargo, no había ocurrido ningún incidente grave hasta una mañana de octubre en 1995.
Eran las 4 de la mañana del día 27 y los residentes de Flateyri estaban durmiendo. De repente, fueron despertados por un ruido ensordecedor mientras hielo, rocas y nieve caían desde la montaña. Diecisiete casas, las que se encontraban en la zona de peligro de aludes, fueron enterradas bajo la nieve y las rocas. Los residentes locales inmediatamente intentaron un trabajo de rescate, pero la nieve había borrado todos los puntos de referencia y tenían problemas para localizar dónde estaban las casas. La oscuridad empeoró las cosas. Veinte personas murieron ese día. A los grupos de búsqueda les llevó dos largos y agotadores días para localizar todos los cuerpos. Algunos sobrevivientes estuiueron bajo la nieve durante 9 horas.
El desastre fue la segunda avalancha mortal en la misma región en diez meses. En enero, la gente del pueblo pesquero de Súðavíkurhreppur sufrió una devastadora avalancha donde perdieron la vida dieciséis residentes. Después de ese incidente, las personas que viven en zonas propensas a avalanchas se mostraron más preparadas y cautelosas. Cuando comenzó el invierno el siguiente octubre fuertes vientos en los Fiordos del Oeste provocaron evacuaciones en toda la región. Cientos de postes eléctricos fueron convertidos por los vientos en ramitas. Varias avalanchas ocurrieron el día antes del desastre en varios lugares. En Langidalur, murió una manada de 18 caballos, mientras que otra avalancha destruyó un edificio de almacenamiento en Sugandafjor.
En 1998 fue construido un muro de tierra en una forma especial para proteger a Flateyri de futuras avalanchas de la montaña. La estructura consta de dos presas de desviación que forman una cuña o una estructura en forma de A en el lado de la montaña. En la parte más baja hay un pequeño dique de captura que se extiende entre los dos muros de desviación. Los muros tienen 600 metros de largo y 15-20 metros de altura, mientras que el dique de captura tiene 10 metros de altura y 350 metros de largo.
Sólo un año después de que se completase el muro, en febrero de 1999, se vino abajo una gran avalancha de la montaña en el lado este de la presa y llegó hasta el mar. El pueblo se salvó. El próximo invierno, en marzo, otra enorme avalancha de la montaña se estrelló contra el muro occidental y el pueblo estaba protegido de nuevo. Se han producido con regularidad otros pequeños aludes, y cada vez el muro de protección ha desviado la nieve con seguridad lejos de la aldea.