Las lluvias causadas por la tormenta han producido inundaciones mortales
El viernes por la noche, los tejanos se prepararon para los intensos vientos y mareas que se esperaban acompañasen al huracán Harvey, que era un huracán de categoría 4 con vientos de 200 km/h cuando llegó a Rockport, Texas.
El domingo por la mañana hubo tres muertes reportadas, y se espera que el número de muertes aumente a medida que las inundaciones continúan en toda la región (hoy lunes los muertos ascendían a seis). Más de 2,3 millones de personas viven en la empapada ciudad de Houston, y cientos de miles han quedado sin electricidad.
Harvey es la tormenta más fuerte que ha golpeado una costa de los Estados Unidos desde el huracán Wilma en 2005, y ha destruido muchos edificios a lo largo de la costa. Harvey fue degradado a un huracán de categoría 1 el sábado por la mañana temprano antes de ser designado una tormenta tropical, pero es probable que lleguen los efectos más catastróficos de la tormenta, advierten los funcionarios. Desde entonces se ha trasladado al noreste hacia Houston, la cuarta ciudad más grande del país, y las inundaciones que se avecinan serán las peores en la historia de los Estados Unidos.
Los días siguientes
Las advertencias emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional han declarado que las lluvias venideras son mortales y catastróficas.
Más de un metro de lluvia ya se ha visto en algunas zonas de la ciudad, y se esperan hasta metro y medio de agua en algunos barrios. Una declaración de desastre solicitada por el gobernador de Texas, Greg Abbott, fue otorgada por el presidente Trump el viernes por la noche. La proclamación permite que se utilicen los fondos federales para los desastres locales.
Las inundaciones tienen el potencial de golpear a Houston particularmente duro. La ciudad fue en su mayor parte un pantano y se basa en un sistema de canales de décadas para drenar las calles inundadas. Los barrios recorridos por arroyos y canales podrían enfrentar mayores riesgos de inundación repentina. Una investigación realizada el año pasado por el Houston Chronicle encontró que muchas de estas vías fluviales fueron construidas antes de que explotara la población de la ciudad y cuando las estimaciones de precipitaciones eran más bajas. Se estima que se necesitarían $ 26 mil millones para actualizar estos canales y no parece probable que ocurra pronto.
Queda por verse cómo afectará la tormenta al principal centro petrolero y de gas de la región. Los precios de la gasolina ya han aumentado, pero de especial preocupación son las refinerías que flanquean el Canal de Transporte de Houston, uno de los carriles de transporte más ocupados del mundo.
Después del huracán Ike en 2008, ProPublica y el Texas Tribune investigaron cómo podría afectar un gran huracán esta parte de la ciudad, encontrando serios potenciales de daño ambiental por filtraciones de petróleo y químicos y grandes implicaciones económicas por interrupciones en las industrias.
El sheriff del condado de Houston, Ed Gonzales, continúa enviando solicitudes de ayuda en Twitter, y funcionarios están instando a los residentes de Houston atrapados por las inundaciones a no refugiarse en sus áticos, sino moverse a sus techos para hacerlos más fáciles de detectar y rescatar.
También se han emitido advertencias de tornado para algunos condados circundantes debido a la perturbación en la atmósfera.
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