A temperaturas bajo cero, comienzan a formarse en las olas del océano cristales de hielo
El frío que se apodera de la costa este de EE. UU. ha creado un fenómeno mágico en Nantucket, Massachusetts: olas granizadas.
Las olas, en el punto medio de congelación, no son solo hermosas, algunas de ellas también son surfeables, según el fotógrafo y surfista Jonathan Nimerfroh. "Puedes surfear el granizado, ya que las olas se están moviendo", dijo Nimerfroh.
Nimerfroh tuvo la suerte de presenciar el congelado hechizo.
"Con una baja temperatura, de un solo dígito la semana pasada, sabía que había una buena posibilidad de que las olas granizadas (Slurpee Waves) encontraran su camino de regreso a Nantucket. Efectivamente, en la mañana del 2 de enero, llevé mi auto a Nobadeer Beach y allí estaban", dijo Nimerfroh.
Mientras los dos amigos de Nimerfroh salían a surfear un poco más allá del hielo, "aullando y gritando y levantando icebergs gigantes por encima de sus cabezas en manos de neopreno enguantadas", estaba haciendo tantas fotos como podía, dijo. El océano estaba a 12 grados Fahrenheit (menos 11 grados Celsius), que está por debajo de la temperatura de congelación del agua salada: 28.4 grados F (menos 2 grados C).
A esas temperaturas bajo cero, comienzan a formarse en las olas del océano cristales de hielo, de acuerdo con el oceanógrafo biológico Carin Ashjian, de la Institución Oceanográfica Woods Hole, según informa Smithsonianmag.com.
De acuerdo con Nimerfroh, las olas congeladas como estas no son comunes. "Las olas granizadas son el tipo de cosa que solo podrías tener la suerte de ver una vez, así que me considero muy afortunado de haberlas visto dos veces", dijo Nimerfroh, y agregó que su primer encuentro con las olas granizadas fue en febrero de 2015.
Científicos contactados por The New York Times en febrero también sugirieron que las olas congeladas pueden ser una ocurrencia rara: La glacióloga Erin Pettit de la Universidad de Alaska Fairbanks le dijo al Times que nunca había visto tales olas; el agua tumultuosa generalmente tiende a romper el hielo.
Además de ser una rara ocurrencia, el fenómeno es algo fugaz. El 2 de enero, las olas heladas se derritieron después de unas 3 horas, dijo Nimerfroh.