Generó pequeñas olas de tsunami alrededor de la Isla Grande
Un gran terremoto de magnitud 6,9 sacudió la Isla Grande de Hawái el viernes por la tarde, justo una hora después de otro terremoto considerable, en medio de una erupción del volcán Kilauea que desencadenó evacuaciones obligatorias en Leilani Estates, arrojó lava a las calles y amenazó hogares.
Seis fisuras, cada una de varios cientos de metros de largo, han sido confirmadas en la subdivisión Puna, según los funcionarios.
Aún no se conoce la magnitud del daño, pero los funcionarios sí dijeron que al menos dos estructuras fueron dañadas de manera significativa y varias carreteras se han cubierto con lava o se han agrietado gravemente.
"Todo está inestable", dijo Talmadge Magno, administrador de la Defensa Civil del Condado de Hawái. "Te pone nervioso".
El terremoto de magnitud 6,9, que ocurrió alrededor de las 12:30 p.m.hora local, fue el más grande en Hawai desde 1975 y generó pequeñas olas de tsunami alrededor de la Isla Grande. La Defensa Civil del Condado de Hawái dijo que las fluctuaciones marinas oscilaron entre 8 pulgadas en Hilo y 16 pulgadas en Kapoho.
El temblor, centrado en el flanco sur del Kilauea, se sintió tan lejos como Oahu y provocó varios deslizamientos de tierra a lo largo de la costa de Hamakua, incluido uno que cerró un carril durante varias horas.
Después del terremoto, cerca de 14.000 clientes perdieron la energía eléctrica en Kaumana, Hilo y Puna. La electricidad ha sido restaurada desde entonces.
El temblor se produjo aproximadamente una hora después de que uno de magnitud de 5.4 sacudiese la Isla Grande el viernes por la mañana, a lo que siguió una quinta erupción que arrojó lava a Leilani Estates. Ese terremoto también se centró cerca del flanco sur del Kilauea, a unos 18 kilómetros al suroeste de Leilani Estates, informó el USGS.
Los terremotos se sumaron a un día ya ocupado para la isla grande, que ahora está lidiando con seis fisuras separadas en Leilani Estates.
Las autoridades de defensa civil del condado de Hawái dijeron que la situación en la subdivisión sigue siendo muy peligrosa y han emitido esta advertencia ominosa a los hogares que eligen no prestar atención a las órdenes obligatorias de irse: "Los primeros respondedores no pueden acudir en ayuda de los residentes que se niegan a evacuar".
Las seis fisuras, la última de las cuales comenzó apenas cinco minutos después del gran terremoto, están amenazando secciones enteras de la subdivisión. Dramáticas imágenes de la subdivisión muestran que la lava burbujea desde el suelo y se eleva más de 100 pies en el aire. Los residentes describieron el sonido de las erupciones como inquietantes: "silbidos" y "como un tren de mercancías".
