El agua, el hielo y la historia geológica han esculpido el paisaje entre España y Francia
Un astronauta en la Estación Espacial Internacional (ISS) tomó esta fotografía de los Pirineos cubiertos de nieve en una madrugada en febrero de 2019.
Los Pirineos se extienden a lo largo de 430 kilómetros desde el Golfo de Vizcaya en el Océano Atlántico hasta el Mar Mediterráneo, actuando como una frontera natural entre Francia y España. La parte central de los Pirineos incluye las cumbres más altas de la cordillera, con una elevación máxima de 3.404 metros. También es el hogar de varios pequeños glaciares. Los Pirineos occidentales reciben normalmente una mayor precipitación que los Pirineos orientales debido a la humedad que sopla desde el Océano Atlántico.
Durante la transición del invierno a la primavera, el derretimiento de los glaciares, el deshielo y la lluvia movilizan los sedimentos en las laderas de las montañas, un proceso que erosiona los picos de las montañas a lo largo del tiempo geológico. El sedimento es arrastrado por las laderas y llevado más lejos por los ríos; parte de ese sedimento se deposita en el Golfo de Vizcaya.
Una característica prominente de esta región es el llamado Megafan Lannemezan (un cono o abanico aluvial de sedimentos). Este megafan [PDF] comenzó a formarse hace unos 23 millones de años, cuando la región tenía un clima mucho más húmedo que el actual. Los ríos cortaron la cordillera y transportaron sedimentos erosionados a lo largo del camino.
Cuando esos ríos alcanzaron las laderas más bajas en la base de la montaña, se dispersaron y depositaron los sedimentos en las llanuras en una formación en forma de abanico. El megafan ahora está abandonado, pero aún permanece como una muestra sorprendente de la historia fluvial de la región.
NOTA: La fotografía "está dada la vuelta" para la vista a la que estamos acostumbrados. Fíjate en la esquina inferior derecha a donde apunta el norte geográfico.