El buque Ramón Margalef y el ROV Liropus 2000, características

Buque de investigación oceanográfica Ramon Margalef

El buque del Instituto Español  de Oceanografía (IEO) llega a El Hierro para observar la evolución del volcán

ROV Liropus 2000

Buque oceanográfico Ramón Margalef

El buque oceanográfico Ramón Margalef, por sus dimensiones y capacidades, está catalogado como un buque de ámbito regional. Tiene 10 días de autonomía y espacio para 11 investigadores y técnicos, además de sus 12 tripulantes.

El buque desarrollará su actividad en el ámbito nacional y mares adyacentes y contará con la tecnología más puntera para estudiar la geología marina, oceanografía física y química, biología marina, pesquerías y control medioambiental.

El Ramón Margalef será una de las plataformas más avanzadas en evaluación de biomasa, gracias a su instrumentación acústica. El buque está diseñado para emitir niveles muy bajos de ruido radiado al agua, de acuerdo con la estricta recomendación del ICES CRR 209, lo que permitirá que su navegación no afecte al comportamiento natural de los peces que se encuentren en los alrededores.

La nave está dotada con modernos sistemas de automatización, lo que permitirá operar con menos tripulantes y garantizará la máxima seguridad en situaciones climatológicas adversas.

El barco cuenta con tres motores diésel de 1.040 caballos cada uno y dos motores eléctricos propulsores de 900 kilovatios, y un sistema de optimización de la eficiencia que permite aumentar la potencia sin incrementar el consumo. El proyecto tiene la categoría Clean Ship dado su respeto hacia el medio ambiente y la calificación Confort+, que se otorga a los barcos que cumplen las más altas exigencias en materia de habitabilidad y confort para la tripulación.

Además el buque cuenta con un sistema de posicionamiento dinámico, así como un sistema de posicionamiento submarino, para permitir la operación de vehículos submarinos de observación remota (ROV) como el recién adquirido LIROPUS2000 (leer más abajo), con capacidad de observar y muestrear los ecosistemas hasta 2.000 metros de profundidad.

Buque de Investigación Ocenográfica Ramón Margalef

La importancia del ruido

El buque está diseñado como una plataforma silenciosa para la realización de trabajos tanto oceanográficos como de investigación pesquera en óptimas condiciones de ruido radiado al agua. Este aspecto es fundamental por su repercusión oceanográficas, tales como la realización de batimetrías, el estudio de la velocidad de corrientes marinas o la medida de la densidad de los lechos. Labores que se realizan con equipos muy sensibles que trabajan emitiendo y recibiendo sonidos a distintas frecuencias.

Así mismo, el ruido radiado al agua afecta en la fiabilidad de los muestreos de peces, pues el ruido causa una perturbación al medio marino, asustando y previniendo a los cardúmenes, que evitarían así anticipadamente las redes o las ondas de prospección, sesgando los cálculos de su biomasa.

Es por este motivo que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) estableció la norma ICES 209, un sello que garantiza la fiabilidad de los resultados de investigaciones que cumplen sus requisitos. El Ramón Margalef no sólo cumple la norma sino que la supera con creces.

El ruido tiene tres fuentes principales: el producido por la maquinaria del buque, el producido por las hélices propulsoras y el generado por la fricción del casco y el agua, que depende de la forma del barco.

Para reducir al mínimo el ruido generado por la máquina, se utilizan motores eléctricos de propulsión montados y acoplados sobre una doble bancada elástica, y encerrados en una cápsula. Además, el techo, el suelo y los mamparos de las cámaras de máquinas han recibido un tratamiento de pinturas especiales que amortiguan los ruidos.

Buscando, además de la máxima eficiencia, el mínimo ruido y vibraciones de las hélices se eligió un diseño con cinco palas y un diámetro de más de 2 metros, un tamaño superior al habitual para buques de este desplazamiento y potencia, lo que previene el fenómeno de cavitación.

Por otra parte, el ruido generado por el desplazamiento en el agua se ha estudiado y corregido en las pruebas de canal con modelos a escala.

Como resultado de estos estudios se obtuvo la forma de la proa, que optimiza la penetración del buque evitando al máximo la formación de olas y permite que el flujo de agua a lo largo del casco tenga un régimen laminar, evitando turbulencias y formación de burbujas que distorsionan las señales de los sensores oceanográficos. La pintura del casco también ha sido un aspecto considerado, eligiendo un tratamiento innovador que, además de ser ecológico y no tener componentes biocidas, reduce la fricción y, por consiguiente, el ruido.

Liropus 2000

ROV Liropus 2000El Liropus ha costado cerca de un millón y medio de euros y supone una herramienta de enorme importancia para conocer mejor nuestros mares y poder tomar las decisiones adecuadas para conservarlos.

El ROV, acrónimo del inglés Remote Operated Vehicle, Vehículo operado a distancia, facilitará la investigación de los grandes fondos marinos por medios no invasivos que permiten la observación directa de los hábitats y de las comunidades biológicas en su estado natural, apreciando su estructuración y sus características ecológicas fundamentales, sin producir impactos en los mismos.

El Liropus ha sido configurado a medida, según los requerimientos del IEO, para realizar tareas de observación y recogida de muestras y datos hasta una profundidad de 2.000 metros, aunque el sistema tenga, debidamente adaptado, capacidad para trabajar hasta 3.000 metros de profundidad.

Se trata del modelo ROV SUPER MOHAWK II, uno de los ROV del fabricante Sub-Atlantic más vendidos hasta la fecha con 22 unidades de este tipo operando actualmente en todo el mundo. Este ROV, que cuenta con 6 motores, combina una gran potencia y una gran capacidad de carga que le permite llevar, además de seis tipos de cámaras, instrumentos de medición y toma de muestras.

El Liropus ha supuesto una inversión de 1.450.000 euros, financiado al 70 por ciento con fondos FEDER y el 30 por ciento restante con presupuesto del IEO. El ROV desarrollará sus primeras inmersiones a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, del CSIC, y también en los nuevos buques del IEO en construcción, Ramón Margalef y Ángeles Alvariño, previsiblemente, a principios de año llegue al Centro Oceanográfico de Santander del IEO donde tendrá su sede (ojo esto es antiguo).

A la cabeza en Europa

Con el Liropus el IEO realiza una importante aportación a la capacidad oceanográfica de la Unión Europea. Este nuevo vehículo submarino es la contribución española a una flota de un total de 44 sistemas de similares características con los que ya cuentan los países miembros. Sin embargo, de esta flota sólo 11 sumergibles no tripulados pueden operar a una profundidad igual o superior a la que la que alcanza el ROV del IEO, y sólo Noruega, Reino unido, Alemania, Portugal y Francia cuentan con sistemas capaces de operar a mayores profundidades.

ROV Liropus 2000, estaciónGraba, mide y recoge muestras

En una actividad de índole oceanográfica, la captación de imágenes, y su grabación, requieren una calidad y nitidez excepcional. Por ello se ha cuidado mucho este aspecto dotando al sistema con un potente sistema de iluminación de 17.000 lumens de potencia (17 veces más que una bombilla de 100 vatios), y cámaras de elevadas prestaciones, una de ellas de alta definición (formato HD) - de estas quiero, quiero - y otra de muy baja luminosidad.

En cuanto a la instrumentación oceanográfica, el Liropus cuenta con dos equipos CTD para medir temperatura, presión y salinidad así como con un correntímetro de efecto doppler para estudiar las corrientes a las profundidades donde opere. El bastidor está diseñado para instalar además hasta 20 kilogramos de cualquier otra instrumentación científica que se requiera.

Para la toma de muestras cuenta con dos brazos manipuladores hidráulicos de precisión para la recogida de elementos sólidos y un sistema de succión para muestras líquidas y gaseosas.

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Fuente e imágenes: Instituto Español de Oceanografía (IEO)

Más información: La erupción de El Hierro desde el espacio (imágenes diarias)

Etiquetas: VolcánEl HierroOceanografíaRadar

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