Los pueblos indígenas de todo el mundo cuentan leyendas que contienen señales de alerta para los desastres naturales
Poco antes de las 8 de la mañana del 26 de diciembre de 2004, las cigarras quedaron en silencio y el suelo tembló de consternación. Los Moken, una aislada tribu en las islas Andaman en el Océano Índico, sabían que el Laboon, la "ola que come a la gente", se había movido de su guarida oceánica. Los Moken también sabían qué era lo siguiente: un imponente muro de agua que se elevaba sobre su isla, limpiándola de todo lo que era malo e impuro. Para prestar atención a las señales de advertencia del Laboon, los ancianos les dijeron a sus hijos: correr a un terreno alto.