Liberó una gran nube de metano con concentraciones 20 veces superiores a las normales
El terremoto de Japón de magnitud 9,0 provocó la liberación de una nube de metano de la corteza oceánica en el este de Japón - transportando los microbios que viven en la corteza junto con él.
Cuando el terremoto de Tohoku el 11 de marzo 2011 golpeó la costa del Pacífico desplazó el fondo del mar 7 metros en vertical y 50 metros en horizontal. Treinta y seis días después del terremoto, Shinsuke Kawagucci y sus colegas de la Agencia Japonesa de Ciencias Marinas y Tecnología tomaron muestras de agua desde una profundidad de hasta 5,7 kilómetros en cuatro puntos a lo largo de la fosa marina Japonesa, cerca del epicentro del terremoto.
Se detectó una gran columna de agua turbia marina - de unos 500 km de largo y 400 km de ancho y una altura de 1.5 km - midiendo desde el punto más bajo de la fosa. Todavía estaba allí 98 días más tarde, cuando Kawagucci regresó a analizar el agua de nuevo.
La nube estaba llena de metano en concentraciones 20 veces más altas que antes del terremoto. Dentro de los isótopos de metano que se encontraron, un isótopo de carbono en particular coincidía con la nube descubierta en las profundidades del suelo marino durante una expedición de perforación anterior a la falla marina japonesa. "El metano provino de las profundidades del sub-suelo marino", dice Kawagucci.
Nube maravillosa
Pruebas genéticas del RNA de los microbios encontrados en las muestras de agua permitieron al equipo identificar a las diminutas criaturas que flotaban en las aguas. La anómala nube provocó un crecimiento excepcional de bacterias y arqueas - 36 días después del terremoto hubo siete veces más microbios que antes a una profundidad de 5 km.
Algunos de estos microbios viven siempre en las profundidades del mar y prosperan entre los nutrientes en la columna, pero otras de las criaturas viven por lo general a profundidades aún mayores, o dentro de la corteza oceánica en sí. Estas fueron empujadas hacia la columna de agua por el sismo.
Cuando Kawagucci regresó al lugar 98 días después del terremoto, el número de microbios había vuelto en gran medida a la normalidad, aunque quedaban unas pocas criaturas conocidas por vivir generalmente en la corteza oceánica.
Se estima que hasta dos tercios del total de la biomasa de procariotas de la Tierra vive dentro de la corteza oceánica, pero se sabe muy poco de ellas.
Artículo científico: Disturbance of deep-sea environments induced by the M9.0 Tohoku Earthquake