Confinadas en barcos chinos de pesca de calamar, las tripulaciones enfrentan palizas, desnutrición y más
¿Te gusta el bacalao, las gambas, el salmón, el cangrejo o el abadejo (también conocido como palitos de pescado)? Por supuesto que sí. ¿Compras pescado en Walmart, Costco, Kroger o Albertsons? ¿Quién no? ¿Comes en uno de los más de 400.000 restaurantes que ofrece el distribuidor de alimentos Sysco? Casi con certeza.
Si es así, probablemente te hayan servido o vendido productos del mar capturados por víctimas indonesias de trabajos forzados en barcos chinos o procesados en China por uigures, una minoría cultural, racial y religiosa que enfrenta una sistemática represión. Alrededor del 79% de los productos del mar que se venden en Estados Unidos son importados, según los últimos datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Sólo China suministra casi el 10% de las importaciones de productos pesqueros estadounidenses.
Los barcos de propiedad y bandera china son la flota pesquera de aguas distantes más grande del mundo. Esta flota incluye aproximadamente 6.500 barcos y pescan en todos los océanos. Para poner esta flota en contexto, ni Japón ni Estados Unidos tienen más de 1.000 barcos de este tipo.
Algunos de estos buques de aguas distantes permanecen en el mar hasta dos años, transfiriendo sus capturas a otros barcos para que las lleven a puerto. Las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores atrapados a bordo son a menudo espantosas, con inadecuado tratamiento médico, mala nutrición y trabajo incesante y peligroso día y noche.
Imagen: La tripulación a bordo de un barco pesquero chino utiliza plantillas y luces brillantes para pescar calamares la noche del 7 de julio de 2022. (Ed Ou / El proyecto Outlaw Ocean)
Un océano abundante y bien gestionado podría alimentar a mil millones de personas con una saludable comida de productos del mar todos los días, para siempre. La sobrepesca, especialmente por parte de las grandes flotas industriales, está destruyendo esa abundancia, colapsando un recurso alimentario silvestre esencial para la salud y el sustento de cientos de millones de personas a lo largo de las costas de todo el mundo.
Una investigación de cuatro años de duración sobre la pesca industrial en aguas distantes realizada por Outlaw Ocean Project, publicada esta semana en Los Angeles Times, descubrió evidencia de abusos a los derechos humanos y violentas y mortales condiciones. Estas condiciones, toleradas en una industria que lleva alimentos a las mesas estadounidenses, exigen una acción inmediata.
Hay varios cambios de políticas que alterarían las prácticas de las flotas pesqueras del mundo y afectarían la abundancia de nuestros océanos.
Por ejemplo, la Organización Mundial del Comercio (OMC) debería dejar de permitir que los países subsidien la sobrepesca de nuestros océanos. Estos dañinos subsidios promueven la sobrepesca al permitir que las flotas pesquen por más tiempo, más intensamente y más lejos de lo que de otro modo sería económicamente viable. Los gobiernos deberían negar a los países el acceso al mercado a menos que los productos del mar importados vayan acompañados de documentación que demuestre que se obtuvieron completamente libres de trabajo forzoso.
Vídeo: El Acuerdo de la OMC sobre Subsidios a la Pesca, adoptado en la Duodécima Conferencia Ministerial (CM12) el 17 de junio de 2022, marca un importante paso adelante para la sostenibilidad de los océanos al prohibir los subsidios pesqueros perjudiciales, que son un factor clave en el agotamiento generalizado de las poblaciones de peces del mundo.
Otro importante cambio sería que os países extendieran la divulgación obligatoria del etiquetado del país de origen de los productos del mar más allá de las tiendas de comestibles, a restaurantes, pequeños mercados y cafeterías. Todos los países cuyos buques pescan en alta mar o en aguas extranjeras deberían estar obligados a publicar datos sobre qué buques están autorizados a pescar, qué, dónde y cuándo, y el seguimiento de estos buques debería estar disponible públicamente.
Si bien los cambios en las regulaciones internacionales pueden ser más difíciles, las mejoras en las normas sobre productos pesqueros podrían adoptarse más rápidamente. Por ejemplo se podría exigir que todos los productos del mar vendidos estén sujetos a la trazabilidad desde el barco hasta el plato, garantizando que sean seguros, se capturen legalmente, se obtengan de manera responsable y estén correctamente etiquetados.
Mientras tanto, los consumidores tendrán que ser más selectivos con respecto a los productos del mar que compran. La guía Monterey Bay Aquarium Seafood Watch puede ayudar a orientar a los compradores hacia opciones ambientalmente sostenibles, como aquellas que están bien administradas y capturadas o cultivadas de manera responsable.
Las mejores opciones tienden a ser pescados y mariscos capturados o cultivados localmente. Tomar decisiones informadas sobre los productos del mar que compras puede parecer un pequeño paso, pero incluso esto puede marcar una gran diferencia.