Cada año se descarta en el océano una asombrosa cantidad de artes de pesca
El plástico acecha al océano. Cada año, una gigantesca pila de equipos de pesca (principalmente hechos de plástico) se pierde, se abandona o se descarta en el mar. Esa parafernalia de pesca abandonada, conocida como aparejos o redes fantasma, puede persistir en el medio ambiente durante cientos de años, matando todo tipo de vida marina.
Si bien los científicos son conscientes desde hace mucho tiempo de la amenaza que representan los artes fantasma, las investigaciones actualizadas brindan estimaciones detalladas sobre la impactante cantidad de artes abandonados o perdidos en el mar.
En la literatura académica y en informes institucionales, los investigadores han señalado repetidamente que anualmente se pierden 640.000 toneladas de aparejos de pesca, aproximadamente el doble del peso del Empire State Building. Los científicos ahora creen que esta cifra no tiene fundamento [PDF].
Para aclarar los hechos, investigadores de la Universidad de Tasmania en Australia encuestaron a pescadores de siete países sobre el uso de cinco diferentes tipos de artes: redes de enmalle, redes de cerco, redes de arrastre, palangres y nasas y trampas. A partir de las encuestas, los científicos calcularon las tasas anuales de pérdida de aparejos para cada método de pesca y las extrapolaron a los esfuerzos pesqueros en todo el mundo. Los investigadores estiman que los barcos pesqueros pierden alrededor del dos por ciento de sus aparejos cada año, una cantidad asombrosa en conjunto.
Imagen: Países (en negro) donde se realizaron entrevistas con pescadores. El número de estudios realizados para los principales tipos de artes/pesquerías se enumeran (viñetas) debajo del nombre de cada país.
De los tipos de artes considerados en los estudios, las redes de cerco acumularon las cifras más altas, con más de 75.000 kilómetros cuadrados de redes perdidas cada año, un área más de tres veces el tamaño de Vermont. Las redes de cerco se despliegan alrededor de bancos enteros de peces y se sabe que las redes atrapan tortugas y mamíferos marinos como captura incidental. Una vez desatadas y perdidas, estas redes pueden formar bolas y enredar otros desechos plásticos.
Igualmente alarmante es la cantidad estimada de palangres perdidos. Este arte de pesca se compone de una línea principal horizontal (que puede extenderse hasta 45 kilómetros para un solo barco) y ramales verticales rematados con anzuelos cebados. Si bien un barco individual puede perder sólo cinco kilómetros de línea principal al año, la prevalencia de este método de pesca significa que los pescadores de todo el mundo pierden 739.583 kilómetros al año, casi la distancia a la luna y de regreso.
La cantidad de ramales perdidos es aún mayor: atados de un extremo a otro, cubrirían una distancia 20 veces mayor que las líneas principales perdidas. Los anzuelos metálicos sujetos a los ramales también son muy problemáticos: se estima que cada año se pierden 13,9 millones.
El estudio proporciona reveladora información sobre cuántos equipos fantasma afectan al océano. Los datos pueden proporcionar un mayor impulso a las organizaciones (la Iniciativa Global Ghost Gear, por ejemplo) y a los pescadores para que inviertan más en prevenir la pérdida de artes o en limpiar los equipos perdidos. Una gran cantidad de datos conlleva una gran responsabilidad.
La investigación se ha publicado en Science Advances: Global estimates of fishing gear lost to the ocean each year
