Los efectos de las enfermedades marinas en las ostras se sienten en diversos ámbitos de la sociedad
Las enfermedades oceánicas, causadas por virus, bacterias o parásitos, pueden tener consecuencias de gran alcance para los ecosistemas marinos. Por ello, la investigación se ha centrado principalmente en su importancia ecológica. Sin embargo, hasta la fecha, se ha prestado poca atención a los impactos socioeconómicos en las comunidades costeras.
En un reciente estudio investigadores de la Universidad de Kiel (CAU), junto con socios internacionales, presentan un marco ampliado de evaluación de riesgos que destaca las enfermedades marinas como una amenaza subestimada para las regiones costeras y la sociedad. Al aplicar este enfoque al cultivo de ostras como estudio de caso, queda muy claro el alcance de los riesgos que plantea el océano para la salud.
"El océano y la sociedad están profundamente interrelacionados. Cuando las enfermedades marinas alteran los ecosistemas, siempre tienen consecuencias para los seres humanos, a través de impactos en la salud, la economía y la identidad cultural. Necesitamos estar preparados para estos riesgos no solo con diagnósticos, sino también con instrumentos políticos", afirma la Dra. Lotta Clara Kluger, autora principal del estudio, de la Universidad de Kiel.
El estudio se basa en un marco de trabajo de evaluación de riesgos de eficacia probada
Basándose en el marco de trabajo de Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) ampliamente reconocido de las Naciones Unidas, los investigadores han adaptado el modelo para tener en cuenta los brotes de enfermedades en entornos marinos.
Una característica clave de su enfoque es la inclusión de un segundo nivel de análisis, que considera cómo un brote de enfermedad, como la mortalidad masiva de ostras, impacta en la comunidad o la economía local. Esto se conoce como efecto derrame (spillover en inglés). Estos niveles de análisis reflejan el riesgo, que, según la definición del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), es el producto de la amenaza, la exposición y la vulnerabilidad.
"Hasta ahora, las regulaciones existentes han sido bastante fragmentadas, a menudo limitadas a patógenos conocidos y sin incluir dinámicas sociales más amplias. Sin embargo, la compleja dinámica de los brotes de enfermedades marinas requiere nuevas formas de gestión que consideren por igual los factores ecológicos, económicos y sociales", dice Kluger, jefa del grupo de trabajo sobre seguridad alimentaria marina en el Centro de Océano y Sociedad (CeOS) de la Universidad de Kiel, que forma parte del área de investigación prioritaria Kiel Marine Science (KMS).
Imagen: Resumen gráfico de las enfermedades marinas como amenaza para la sociedad: Adopción y avance del marco de trabajo de riesgo de la UNDRR. Crédito: Ocean & Coastal Management (2025). DOI: 10.1016/j.ocecoaman.2025.107640
De las poblaciones de ostras a los impactos sociales
En su artículo, los investigadores utilizan las poblaciones de ostras como estudio de caso. Las ostras, la especie de marisco más estudiada en cuanto a enfermedades infecciosas, tienen una gran importancia comercial y cultural para los humanos, que va mucho más allá de su uso como alimento. Se consideran ingenieras del ecosistema, filtrando el agua y sin necesidad de alimentación adicional.
Los efectos de las enfermedades marinas en las ostras se sienten en diversos ámbitos de la sociedad. En la acuicultura, por ejemplo, la mortandad de ostras puede provocar pérdidas de beneficios o un aumento de los costes de tratamiento. Las ostras enfermas afectan negativamente la salud general del arrecife, ya que actúan como filtros de agua, promueven el ciclo de nutrientes y controlan la proliferación de algas. Además, limitan su capacidad para romper olas y proteger contra la erosión costera.
También proporcionan refugio, hábitat y recursos alimenticios a otros animales, lo que influye en la pesca y su cadena de valor. La calidad del agua también afecta al sector turístico y a las actividades recreativas. En ciertos lugares, las ostras también tienen un gran valor cultural y se consideran parte del patrimonio, las tradiciones y la historia locales.
La minimización de riesgos puede abordarse en dos niveles
Se pueden implementar estrategias específicas para minimizar el riesgo a nivel ecológico y social, abordando los factores de exposición y vulnerabilidad. Para las poblaciones de ostras, los acuicultores pueden seleccionar condiciones favorables. Esto incluye la selección del sitio, la filtración artificial del agua y las restricciones de transferencia.
La exposición puede reducirse seleccionando especies menos susceptibles a las enfermedades. En segundo lugar, la minimización del riesgo reviste importancia financiera: la contratación de seguros, la diversificación de las fuentes de ingresos y la ampliación de la diversidad de productos son posibles maneras de contrarrestar los daños causados por los brotes de enfermedades.
"En lugar de simplemente reaccionar ante los eventos, los riesgos deben reconocerse y minimizarse con antelación. Nuestro objetivo es proporcionar herramientas concretas que permitan reducir los riesgos para las granjas acuícolas, las comunidades y los responsables políticos. De esta manera, fortalecemos la salud de los océanos, la seguridad alimentaria y la resiliencia social", afirmó Kluger.
El estudio se ha publicado en la revista Ocean and Coastal Management: Marine diseases as a threat to society: Adopting and advancing the UNDRR risk framework