Mueren más orcas en años pares que en años impares por la migración bianual del salmón
A lo largo de los años, los científicos han identificado las represas, la contaminación y el ruido de las embarcaciones como las causas de la preocupante disminución de las orcas residentes en el noroeste del Pacífico. Ahora, pueden haber encontrado un nuevo y más sorprendente culpable: el salmón rosado.
Hace varios meses cuatro investigadores de salmón estaban leyendo datos en el sitio web del Centro para la Investigación de Ballenas, que estudia a las orcas, cuando notaron una sorprendente tendencia: que durante las últimas dos décadas, significativamente han muerto más orcas en años pares que en años impares.
En un artículo recientemente publicado, especulan que el patrón está relacionado con el salmón rosado, que cada dos años regresa en cantidades enormes al mar de Salish entre el estado de Washington y Canadá, aunque no están seguros de cómo lo hace. Sospechan que las enormes "carreras" de salmón rosado (runs of pink salmon), que se han expandido bajo los esfuerzos de conservación y los cambios en las condiciones del océano en las últimas dos décadas, podrían interferir con la capacidad de las ballenas para cazar su presa preferida, el salmón chinook.
Dada la difícil situación de las orcas, que según los funcionarios están al borde de la extinción, los investigadores decidieron dar a conocer su descubrimiento sin esperar a investigar sus causas.
"El punto principal fue hacer llegar al público este patrón bienal para que la gente pueda comenzar a pensar en este importante y completamente inesperado factor en el declive de estas ballenas", dijo uno de los autores, Greg Ruggerone. "Es importante entender mejor lo que está ocurriendo aquí porque eso podría ayudar a facilitar las acciones de recuperación".
Ruggerone, presidente de Asesores de Recursos Naturales con sede en Seattle y ex presidente de la Junta Asesora Científica Independiente del Río Columbia, y los otros autores: Alan Springer de la Universidad de Alaska en Fairbanks, Leon Shaul del Departamento de Pesca y Caza de Alaska y el investigador independiente Gus van Vliet de Auke Bay, Alaska, ha estudiado previamente cómo compite el salmón rosado por presas con otras especies.
Cuando el año pasado las noticias relataron las dificultades de las orcas, una orca llevó a su cría muerta en su cabeza durante 17 días en un aparente esfuerzo por revivirla, los cuatro biólogos analizaron los datos del sitio del Centro para la Investigación de Ballenas. Gracias a su investigación anterior, les tomó solo unos minutos reconocer una tendencia que había escapado a la atención de otros científicos.
"Sabemos que algunos años son buenos para las ballenas y otros son malos, pero no nos habíamos percatado que era una tendencia bienal", dijo Ken Balcomb, director fundador del centro, uno de los principales expertos en las llamadas orcas Residentes del Sur.
Al analizar más a fondo los datos, los investigadores encontraron que de 1998 a 2017, a medida que la población de ballenas disminuía de 92 a 76, durante los años pares murieron más de 3.5 veces la cantidad de ballenas recién nacidas y mayores: 61, frente a 17 en los años impares. Durante ese período, hubo 32 nacimientos exitosos durante años impares, pero solo 16 durante los años pares.
Según los investigadores ese patrón bienal no existió durante un período anterior de 22 años, desde 1976 hasta 1997, cuando la población de ballenas se estaba recuperando de los esfuerzos de capturar orcas para la exhibición en acuarios.
Pero en 1998, las cosechas de salmón se redujeron en medio de los esfuerzos para impulsar las carrerass diezmadas por la pesca excesiva, la contaminación y la pérdida de hábitat. Casi al mismo tiempo se produjo un fuerte cambio en las condiciones del océano, que benefició al salmón rosado, especialmente al aumentar la abundancia de zooplancton, que constituye gran parte de su dieta.
El efecto combinado de los cambios oceánicos y las restricciones de pesca han beneficiado enormemente a los rosados que son, con mucho, la mayoría de las especies de salmón en el Pacífico Norte. Cuando regresan al Mar de Salish, hay alrededor de 50 por cada uno de los salmones Chinook más grandes y gordos. Casi todos los salmones rosados vuelven a sus corrientes natales en años impares, completando su ciclo de vida de dos años, a diferencia de otros salmones que permanecen en el océano por más tiempo.
Mientras tanto, las poblaciones de Chinook han seguido disminuyendo (la escasez de Chinook se considera la amenaza más grave para las orcas) y muchos científicos dicen que continuarán haciéndolo a menos que se rompan cuatro represas en el río Lower Snake. Los investigadores especulan que los florecientes números de rosados en el Mar de Salish durante los años impares han interferido con la ecolocación que las orcas usan para cazar Chinook cada vez más dispersos. Las orcas casi nunca comen salmón rosado.
Debido a que las ballenas son mamíferos tan grandes, según la teoría, el estrés causado por los salmones rosados en años impares no afectaría sus tasas de mortalidad y de reproducción hasta el año siguiente, y es por eso que mueren más individuos en los años pares.
Otra posibilidad es que la presencia de rosados significa menos alimento para el Chinook y, por lo tanto, menos alimento para las orcas, dijo Ruggerone.
Los investigadores también plantearon una hipótesis contraria: que la presencia de salmones rosados mejora de alguna manera la caza de las orcas, aumentando su supervivencia en años impares, aunque dicen que no tienen ninguna razón para creer que ese sea el caso.
El documento se publicó en Marine Ecology Progress Series: Unprecedented biennial pattern of birth and mortality in an endangered apex predator, the southern resident killer whale, in the eastern North Pacific Ocean